La Iglesia no se limita a levantar su voz para indicar los problemas devastadores que trae la minería en Venezuela, sino que también promueve, en las comunidades afectadas por la minería, algunas alternativas de desarrollo sustentable, como por ejemplo en el campo de los cultivos y la agricultura. Lo afirma José Luis Andrades Gonzalez, misionero laico que apoya la pastoral social de la iglesia.

En el ámbito de la Minería, tenemos dos grandes desafíos, anota Andrades. Uno tiene que ver con la minería ilegal que se incrementa cada vez con más fuerza, dado los problemas económicos que vivimos en Venezuela. “Mucha gente se desplaza a las minas, para intentar buscar oro, diamantes. Eso, está produciendo una devastación de grandes proporciones, además de los problemas que llegan con la minería como la explotación infantil, la prostitución, la delincuencia”.

El otro problema muy grande, es el que se produce cuando el estado se vuelve minero, afirma José Luis Andrades. “Hay un proyecto que se llama El Arco Minero del Orinoco. Ese Arco Minero del Orinoco es un territorio enorme conformado por la cuenca del río Orinoco y de varios de sus ríos afluentes y por lo tanto del Amazonas. En esa enorme región, el Estado Venezolano ha entregado concesiones mineras a empresas chinas, iraníes y otras que ya están devastando los territorios. Han extraído ya mucho oro con una devastación de la naturaleza y la contaminación de los ríos con el mercurio; afectando gravemente la vida de la las poblaciones indígenas y poblaciones criollas de campesinos que normalmente vivían en el sector”.

Frente a esta realidad muy dura, la Iglesia promueve diversas acciones a favor de las comunidades y de la naturaleza. “Los Jesuitas, por ejemplo, cuentan con un espacio en el que están estudiando todo lo que tiene que ver con los conflictos socioambientales, desarrollan seminarios para analizar la realidad y capacitaciones para buscar alternativas”.

“La Iglesia está levantando su voz para alertar a la comunidad sobre los problemas del extractivismo y sus consecuencias sociales. Busca salidas comunitarias para ver que es lo que se debe hacer. Por otro lado, mediante campañas de educación en los sectores, está tratando de implementar alternativas económicas a lo que está ocurriendo. Por ejemplo, alternativas de cultivo, alternativas de proyectos de desarrollo sustentable que puedan ser atractivos para las comunidades. Entonces, desde la Iglesia, estamos haciendo todo lo que se puede, en el marco de un ambiente muy complicado como es hoy la realidad venezolana”.

José Luis Adrades Gonzalez, participa en el V Congreso Americano Misionero, que se realiza en Santa Cruz de la Sierra, evento en el que se profundizan las propuestas que la Iglesia tiene o debe promover actualmente en las zonas de misión y en la sociedad en general. El Cuidado de la Creación y la Ecología Integral es una de esas líneas de acción, animadas entre otras entidades eclesiales por la REPAM y la Red Iglesias y Minería.

(Entrevista realizada por P. Dário Bossi, en el VCAM, Bolivia)