Lo que las comunidades afectadas esperan es una postura firme y profética de las iglesias. Como ha dicho el Papa Francisco, esta economía mata y en las comunidades lo estamos viendo todos los días. Este es el momento en que la Iglesia Profética, a favor del pobre y de la tierra, se hace urgente y necesaria”, afirma la socióloga brasileña Moema Miranda, una de las coordinadoras del “Encuentro con Comunidades Afectadas por la Minería en América Latina” que se realizará en Brasilia del 7 al 10 de agosto.

El Encuentro, coorganizado por la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil CNBB, DEJUSOL- CELAM, CIDSE y la red Iglesias y Minería, tiene como objetivo elaborar nuevas estrategias de solidaridad y acompañamiento de las iglesias a las comunidades afectadas por la minería en América Latina. Sobre los temas de este encuentro dialogamos con Moema Miranda, laica franciscana e integrante también del grupo impulsor de la Red Iglesias y Minería:

1. ¿Cuáles son los problemas más comunes causados por la minería en las comunidades de América Latina?

En la Encíclica “Laudato Si”, el Papa Francisco nos habla de una compleja crisis socio-ambiental. Y eso es lo que hoy vivimos en América Latina: un cuadro de conflictividad creciente. Por un lado, amenazas a la democracia en casi todos nuestros países. Lo que está ocurriendo en Nicaragua, Venezuela y en Brasil es la regla y no la excepción. En este cuadro, las condiciones de defensa de las comunidades frente al avance de la economía del extractivismo, se hace todavía más riesgoso y difícil.

Sin reglas democráticas claras, las formas de defensa de las comunidades, se hace mucho más arriesgada. Sentimos y vivimos también la necesidad urgente de mayor articulación en el fortalecimiento y defensa de las comunidades que están bajo gravísima amenaza, por la completa falta de respeto a la legislación, incluso en donde ya existían leyes, tanto ambientales como sociales.

Otro elemento que se torna bastante grave en América Latina, es un cuadro de desempleo creciente. Esto también contribuye a un cuadro conflictivo, que exige de todos nosotros empeño, solidaridad y construcción de alternativas.

  1. ¿Qué esperan las comunidades afectada por la minería de las iglesias?

En la situación de conflictividad creciente que vivimos en América Latina, con la expansión de la economía del extractivismo, del cual la minería es uno de los ejemplos -pero no el único-, también tenemos el agronegocio; lo que las comunidades afectadas esperan es una postura firme y profética de la iglesia. Como ha dicho el Papa Francisco, esta economía mata. Y lo estamos viendo, desde abajo, todos los días en las comunidades. Este es el momento en que la Iglesia Profética, a favor del pobre y de la Tierra, se hace urgente y necesaria. Una iglesia solidaria, una iglesia peregrina, una iglesia amorosa que escucha este clamor, que se hace defensa, que se hace solidaridad. Que abre sus puertas para que las comunidades puedan juntas construir alternativas de estrategia. Un Iglesia que se pone al lado, que se pone en camino. Necesitamos una alternativa sistémica a la forma económica que hoy tenemos. No es un camino de corto plazo, es un camino de largo aliento. Más que nunca la Iglesia peregrina de Jesús, se pone en camino con los pobres en defensa de la vida y en defensa de la Tierra.

3 . ¿Qué desafíos urgentes tienen hoy las iglesias con las comunidades víctimas de la minería?

EL gran reto que tenemos hoy día, es la construcción de un marco democrático que pueda de hecho garantizar las condiciones de vida y de prosperidad de las comunidades y de la tierra.

Algunas veces es difícil, para la Iglesia, tener claridad de cómo ponerse de hecho en defensa de la tierra y en defensa de la vida. Estamos en un momento de creación de nuevos caminos. No son obvios los caminos alternativos. Y, esto hace que, en algunos momentos, la iglesia pueda tener dudas sobre por donde caminar. Pero, el Papa es muy claro, es muy objetivo, es muy evidente tenemos que hacernos solidarios, tenemos que hacernos casa, tenemos que hacernos espacio de construcción de fuertes vínculos entre las comunidades directamente afectadas por la minería.

Las comunidades, los pobres están en un momento en que necesitan construir nuevas alternativas para fortalecer su lucha y este es el lugar donde la iglesia debe estar. Al lado de la tierra y al lado de los pobres.

  1. ¿Cuál es la importancia del Encuentro con las Comunidades Afectadas por la Minería?

Este es un momento importante de posicionamiento de la iglesia católica en defensa de la tierra y en defensa de los pobres, porque del 7 al 10 de agosto se realiza en Brasilia un encuentro de comunidades afectadas por la minería, con miembros de la jerarquía de la iglesia católica en el continente latinoamericano.

El evento es también una continuidad del primer encuentro de afectados organizado en el Vaticano el año 2015. Entonces, estamos siguiendo el llamado del Papa Francisco, en la Encíclica “Laudato Si”, para que construyamos una gran alianza en defensa de la tierra y de los pobres. Estamos también en sintonía con el CELAM y con los obispos de América Latina en su Carta Pastoral, que nos llama a hacernos misioneros en la defensa y el cuidado de la Casa Común.

Vivimos momentos de tinieblas y de luz. Por ello, la Carta Encíclica del Papa y la Carta Pastoral del CELAM, nos ayudan, nos orientan y nos fortalecen para avanzar a una iglesia en salida y comprometida con la tierra y comprometida con los pueblos. Son momentos de gran desafío para las iglesias, porque se nos exige un posicionamiento cada vez más claro.