Un emotivo homenaje a la mártir Berta Cáceres, asesinada por su defensa medioambiental en Honduras, presidió el segundo día de trabajo del III Encuentro Mundial de los movimientos populares. Durante el homenaje se recordó que la activista participó en el primer Encuentro con el Papa Francisco.
Acto seguido, Vandana Shiva, reconocida ecofeminista de la India, dijo que “todos los que defienden la naturaleza y los derechos de los pueblos son perseguidos” en el desarrollo del panel ““Territorio y naturaleza”. Agregó sobre la importancia de “vivir como lo ha pedido el Altísimo, respetando la tierra y la creación”.
Cada uno de nosotros somos Tierra. No estamos separados de ella. Los poderosos construyeron una separación, lo que yo llamo ecoapartheid en nuestra conciencia y en la realidad, creando personas sin casa y sin tierra. La revolución es volver a nuestra “casa común”, la Tierra, como dice el Papa. Pero una vez en casa debemos respetarla.
enfatizó la reconocida ecofeminista de la India.
Schiva, sostuvo que el papel de la ciencia, la economía, la tecnología es trabajar por el respeto y el cuidado de la creación. Afirmó que la destrucción de las especies por parte de la industria comercial en más del 35% en los últimos años. «Hicimos de la agricultura un arte de vender veneno», agregó, en su intervención, para finalizar con un reto de que «todas las Iglesias e instituciones confesionales deberían convertirse en un santuario de semillas». Advirtiendo que los acuerdos TTIP y CETA «nos arruinan la vida» y por ello debemos apostar por la agroecología. «La Tierra se nos da a nosotros para que vivamos en ella, pues vivamos bien».
Mientras tanto, Rosalina Tuyuc, lideresa Guatemalteca, recordaba que «hablar de la Madre Tierra, de la madre naturaleza es pensar en la vida en toda su integridad, en toda su globalidad». Pensar en la vida, «nos impulsa a la necesidad de defender y responder cualquier amenaza». Para la lideresa guatemalteca, las mujeres en esta tarea «protectora», es fundamental y no puede ser moneda de cambio ante «ofrecimientos de crecimiento y de desarrollo» realizados por las empresas. «Nuestros pueblos -añadió- no aceptan ningún ofrecimiento a cambio de la muerte. Somos continuidad de la vida, por eso la necesidad de ver que el agua, la tierra, y la semilla, son elementos de vida y no elementos de mercado y de muerte. Cuando los hijos de la Madre Tierra estamos atacados, debemos trabajar en unidad».