« La encíclica Laudato si, es un mandato que las comunidades debemos hacerlo nuestro y también las iglesias de todas las denominaciones. Principalmente la Iglesia Católica, está llamada hacer suyo este mandamiento, para defender y preservar lo poco que aún nos queda que no es nuestro, esto es prestado, y debemos garantizar para las generaciones futuras para que ellos y ellas puedan vivir.” Afirma Vidalina Morales, integrante de la Red Iglesias y Minería y de la Asociación de Desarrollo Económico Social -ADES.
La lideresa salvadoreña, participante del “Encuentro de afectados/as por la minería en América Latina”, que tiene lugar en Brasilia desde el 7 de agosto y culmina el 10, hizo un breve recuento de los doce años de lucha de resistencia desde las comunidades contra la explotación minera en El Salvador y un llamado a seguir fortaleciendo el trabajo de las comunidades en defensa de la casa común.
“La lucha de resistencia en El Salvador ha durado 12 años. Se realizó un trabajo de prensa con las comunidades y de de articulación a nivel local a nivel nacional. En esta lucha de resistencia, el Estado también enfrentó una demanda. Las empresas arremetieron contra las comunidades y contra el Estado salvadoreño y esto hizo que la empresa minera canadiense Pacific Rim, demandara al estado salvadoreño por negársele los permisos de explotación minera en nuestro país. Se llevó un juicio en un tribunal internacional llamado CIADI, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativo a Inversiones en Washington. Se liberó esa batalla por ocho años, también con movilización, con conferencias de prensa, prácticamente para deslegitimar el abuso que las transnacionales mineras cometen en nuestro país y en nuestros territorios y eso pues llevó a que la victoria lo obtuviera en este tribual y que el tribunal fallara en contra de la empresa minera a favor del estado salvadoreño. Eso sucedió a finales del 2016.” Relata Vidalina Morales.
Después de esta batalla, a principios del 2017, en marzo, el pueblo salvadoreño obtiene una segunda victoria, la aprobación por el Congreso de la ley que prohíbe definitivamente la minería metálica en territorio salvadoreño. “Somos entonces el primer país en el mundo, que prohíbe, bajo una ley, la explotación minera en nuestro territorio.” Comenta Vidalina.
Para la lideresa salvadoreña, la aprobación de la ley que prohíbe la minería metálica en El Salvador significó “una legitimidad de nuestras luchas comunitarias, de nuestras luchas locales, de esos posicionamientos claves como Iglesia, de las cuales están llamadas todas las iglesias a escuchar al pueblo, si no escuchan al pueblo, no sabemos entonces que papel desempeñan. Y la Iglesia en El Salvador ha jugado un papel y por supuesto ahora muy bien asegurado en el que el Papa llama a las iglesias, llama al pueblo, llama a defender la casa común con la encíclica Laudato si.”
Al finalizar su relato, Vidalina, nos recuerda que El Salvador es un país extremadamente pequeño “tenemos 27 mil km. Cuadrados y una población de alrededor de 7 millones de habitantes con escasez de agua, con agua contaminada, ya más del 98 por ciento de nuestras aguas están contaminadas, esto nos obligó prácticamente a las comunidades, a fortalecer esa resistencia contra una posible explotación minera en nuestro país.”