El desarrollo que traen las empresas espanta a los peces y acaba con nuestro sistema de vida y con nuestra cultura. Además, nadie nos toma en cuenta, no nos oyen, nos escuchan. Así lo firman pescadores de los estados amazónicos de Maranhão y de Pará, en Brasil.
Carlos Roberto Soares Pereira, del Movimiento Nacional de Pescadores y Pescadoras, vive en Ibaetetuba – Pará, en la Isla del Capim. Zona pesquera, donde se está construyendo un extenso proyecto de puertos: “intereses de puertos en un área pesquera y de moradores, donde la empresa está entrando sin conversar directamente con el pueblo, sin oír, sin escuchar al pueblo… Esos puertos van a ser grandes, grandísimos. Hablan que ya no seremos más un área rural sino un área urbana. En donde muda completamente nuestro sistema de cultura… No están respetando nuestra cultura, no nos está oyendo, no nos escuchan”.
La voz de don Carlos Soares, es un grito de auxilio: “Nuestra resistencia aquí es grande. La población no quiere que se implanten esos puertos. No sabemos hasta va a llegar todo esto. Nuestra idea es no dejar que esto acontezca, justamente porque esta es nuestra área. El área donde se proyectan es un área donde vive la gente: los ribereños, los pescadores, las comunidades Quilombolas. Los Quilombolas tienen inclusive un área establecida como reserva permanente. En toda esta zona se está implementando los puertos sin nuestro consentimiento, sin habernos escuchado”.
“El objetivo de ellos es totalmente diferente a nuestros objetivos, dice el pescador. Ellos están por el desarrollo. Y ese desarrollo absurdo, definitivamente no es para nosotros. Principalmente nuestro sector pesquero, va a ser totalmente perjudicado. En esa área el 95 % es pescador”.
Para el dirigente, “las actividades que hoy se hacen desde el Puerto de Santos, se trasladarían a estos puertos, por la diferencia en los gastos del transporte. La distancia, por ejemplo, para la China es mucho menor desde aquí, que desde Santos. La diferencia es de 34 x 1”.
Pero el llamado desarrollo, es impuesto también en otras regiones de la Amazonía brasileña. Don José Altair Marques, pescador del municipio de Tutóia- Marañón, quien es también coordinador del Consejo Pastoral de los Pescadores en la Diócesis de Brejo nos informa: “Nosotros estamos localizados en el delta del río Parnaiba y los Lençóis Maranhenses. Hoy, estamos teniendo diversos problemas con la empresa de dragado. Esta empresa, “Dragamar”, extrae los bancos de arena, donde se almacena y crece la comida de los peces… La empresa llegó diciendo que esa zona era un área improductiva, y eso no es verdad… Ellos dicen que no hay pesca en el área, pero si es zona de pesca… la empresa miente”
“Ellos afirman que ese cascajo (grava), que se formó durante mucho tiempo, ellos afirman, que se reproduce rápido, lo que también no es verdad. Pasan muchos años para lograr esa composición de materias que sirven para la vida de los peces. Son grandes montañas de ese cascajo que son lugares donde está el alimento de los peces. Los peces se alimentan de ese cascajo. Las corrientes hacen que circule con los peces y así los podemos pescar con nuestras redes, cerca de las playas… Los peces son muy sensibles a la bulla que producen las dragas y a la destrucción de las montañas de su alimento… entonces se apartan, mueren y desaparecen. Y, entonces, los pescadores sin producto comenzamos a tener dificultades”.
Según José Altair Marques, la empresa buscó instalarse en algunos otros estados del Brasil y no lo consiguió. “En Maranhão, infelizmente los administradores del municipio le dieron la oportunidad de instalarse y ahora instalada, el proceso de luchar contra ella es más difícil”.
“En Tutoia, lo fuerte es la pesca, creo que el 45 por ciento de la población sobrevive con la pesca. Ya fue muy fuerte nuestra producción como pescadores: camarón y todo tipo de peces de agua salada, nosotros pescábamos con facilidad. Hoy, tenemos dificultad con esa producción… Los pescadores tenemos gente que nos apoya como la iglesia, la universidad, pero nuestra dificultad para sobrevivir es muy grande… Necesitamos más apoyo, por ejemplo, para hacer un estudio de impacto ambiental y social… Si no, con certeza, como dice nuestra gente, seremos tragados por el tiburón”
La Escucha Sinodal con los pescadores y pescadoras artesanales de los estados de Amazonas, Pará, Amapá y Maranhão, se realizó del 17 al 19 de octubre en Belén de Pará, en la sede la CNBB regional norte 2. Contó con la presencia de más de 40 personas que representaban a sus comunidades, sindicatos y organizaciones. El encuentro fue promovido por la REPAM y las iglesias locales. De esta manera se preparan las propuestas que serán llevadas al Sínodo sobre la Amazonía, que tendrá lugar en el Vaticano en octubre del año 2019.