Queremos una Iglesia cercana que luche con nosotros por los derechos de todos. Así se podrían resumir, las propuestas presentadas por las delegaciones de los pueblos indígenas que participan en el encuentro internacional de Ecología Integral, convocado por la Red Eclesial Panamazónica -REPAM-, y que se realiza en Washington del 19 al 21 de marzo.
Así lo afirma el padre Dário Bossi, delegado de la Red Iglesias y Minería, al comentar el inicio de las jornadas de reflexión sobre Ecología Integral donde se preparan propuestas para el Sínodo de la Amazonía, convocado por el Papa Francisco para octubre de este año:
Más de 100 personas estamos reunidas en la universidad Georgetown, en Washington. Venimos de varias partes del mundo. Estamos reflexionando sobre la “Laudato Si” y la Ecología Integral, una respuesta sinodal desde la Amazonía y otros biomas para el cuidado de la Casa Común.
Trabajamos con la metodología clásica de Latinoamérica: ver, juzgar y actuar. Estamos tratando de entender cuál es la misión de la Iglesia frente a la urgencia de la crisis que afecta hoy al mundo, una única crisis socioambiental. Hemos comenzado escuchando las voces de los pueblos indígenas, de representantes de la Iglesia, de científicos y de representantes de organismos que defienden los derechos humanos.
Estamos aprendiendo que la Iglesia tiene nuevas formas de organizarse para responder a los desafíos de hoy. A través de redes territoriales como son la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la Red Mesoamericana (REMAM), la Red de la Cuenca del Congo (REBAC) y, también la Red Iglesias y Minería, una red que desde las bases y en forma ecuménica busca responder a los problemas que genera la Minería en los territorios.
Durante estos días la Red Iglesias y Minería está sumando aliados a la campaña de desinversión en minería. Una campaña que busca disminuir la financiación de un mundo extractivista. Extractivismo que tiene de un lado un sector financiero agresivo e impersonal cuya única regla válida es el lucro, del otro lado están los territorios con el protagonismo de las comunidades.
En nuestro primer día de trabajo, los pueblos indígenas han sido muy fuertes, al reivindicar el derecho a la autodeterminación en sus territorios. Ellos se asumen como guardianes de la creación, guardianes de sus territorios, y, exigen la urgencia de reconocer sus propias normas, sus propios protocolos locales de autodeterminación en los territorios. Una nueva concepción de la consulta previa; que no sea más determinada desde fuera, sino que se rija por los protocolos de autoconsulta de los pueblos indígenas. Ellos, dijeron también: “las grandes industrias tienen que aprender de nosotros a dejar descansar la tierra”.
Con relación a la Iglesia, los pueblos indígenas sienten la extrema necesidad de una Iglesia más próxima, más comprometida, más proactiva al lado de los pueblos indígenas. Una Iglesia fuerte que incida, que se haga presente. Porque junto a esa Iglesia nos sentimos confiados, dijeron.
Queremos un mártir vivo, no queremos mártires que sean eliminados. No queremos héroes individuales, queremos héroes colectivos que luchen con nosotros para defender los derechos de todos.