“Necesitamos un cambio de paradigma en todas nuestras actividades económicas, incluida la minería”. Afirmó el Papa Francisco este 3 de mayo, en un encuentro con empresarios mineros, promovido por el Dicasterio Para el Desarrollo Humano Integral. «El mercado por sí solo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social» y «la protección del medio ambiente no se puede garantizar únicamente sobre la base del cálculo financiero de costos y beneficios», enfatizó el Papa, recordando su encíclica Laudato Si.
Refiriéndose al modelo económico que hoy rige al mundo, Francisco, denunció que “Es un modelo voraz, orientado a la ganancia, con un horizonte limitado y basado en la ilusión de un crecimiento económico ilimitado. Aunque a menudo vemos su impacto desastroso en el mundo natural y en la vida de las personas, todavía nos resistimos al cambio.”
Haciendo referencia a Laudato Si, reiteró también “las potencias económicas continúan justificando el sistema mundial actual, en el que prevalecen la especulación y la búsqueda de rentas financieras que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente.»
En alusión al título de la reunión «La minería para el bien común», el Papa subrayó que ello implica concretamente:
“En primer lugar, la minería, como todas las actividades económicas, debe estar al servicio de toda la comunidad humana”.
“La población local debe tener un lugar especial en la mesa; están preocupados por su propio futuro y el de sus hijos, y pueden considerar metas que trascienden el interés económico inmediato”.
“La minería debe estar al servicio de la persona humana y no al revés. Como escribió el Papa Benedicto: «En los programas de desarrollo, la centralidad de la persona humana, el sujeto principal responsable del desarrollo, debe preservarse.»
“La mera responsabilidad social corporativa no es suficiente. Debemos asegurarnos de que las actividades mineras conduzcan al desarrollo humano completo de todas y cada una de las personas de toda la comunidad”.
“Debemos alentar la implementación de una economía circular, todo en el ámbito de las actividades mineras”.
Con relación a las actividades extractivas en América Latina, el papa Francisco afirmó que “Por extracción, entendemos una tendencia desenfrenada del sistema económico para convertir los bienes de la naturaleza en capital y que necesitamos denunciar y alejarnos de esta cultura desechable”, resaltando el texto de la reciente carta pastoral de los obispos del CELAM.
Al finalizar sus orientaciones dirigida a los participantes de la reunión, representantes de las comunidades impactadas por la minería y a los representantes de las industrias mineras, mostró su complacencia a los participantes comentando que “las luchas para salvaguardar nuestra casa común son verdaderamente un viaje ecuménico, que nos desafían a pensar y actuar como miembros de una casa común. Me complace especialmente que su reunión haya reunido a representantes de iglesias y comunidades religiosas de todo el mundo. Necesitamos actuar juntos para sanar y reconstruir nuestra casa común”.
Rezo, dijo Francisco, “como escribieron mis hermanos obispos de América Latina, para que puedan «analizar, interpretar y discernir cuáles son las actividades extractivas apropiadas o inapropiadas en los territorios; luego, propone, planifica y actúa para transformar la propia vida en una vida, para influir en el poder y las políticas de la persona. a un desarrollo humano genuino que sea integral y sostenible «.
Luego de expresar estas orientaciones, el Papa Francisco, recibió de manos de Dari Pereira, sobreviente del crimen de la empresa Vale en Brumadinho y de Frei Rodrigo Peret de la Red Iglesias y Minería y del Grupo de Trabajo de Minería de la CNBB, las fotos con los nombres de las 270 personas muertas, por el crimen socio-ambiental de la Vale. El Papa, emocionado, bendijo las fotos y expresó su solidaridad a las familias que perdieron sus seres queridos y a todas las personas afectadas. Finalmente, el Papa guardó las fotos con él, en señal de cariño, solidaridad y respeto.
Es importante señalar que, el próximo 18 de mayo, un representante del Papa, Monseñor Duffé, visitará Brumadinho y conocerá la realidad directamente en la voz y testimonio de las víctimas.