La Red Iglesias y Minería, considera que el Instrumento de Trabajo del próximo Sínodo de la Amazonía (Instrumentum Loboris), es un valioso documento para entender la realidad de los pueblos amazónicos, para impulsar una ecología integral y para avanzar en la construcción de una Iglesia con rostro y espíritu Amazónico.
“Si bien es cierto, es aún un documento de debate, se trata de un conjunto de reflexiones hechas a partir de la escucha de los pueblos y de los agentes pastorales que realizan trabajo en la región amazónica. He allí su principal valor”, afirmó el padre Dário Bossi, del equipo de coordinación de la Red Iglesias y Minería y uno de los destacados asesores de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), en Brasil.
Y así lo resalta el Instrumentum Laboris, cuando afirma que, “La Iglesia tiene nuevamente hoy la oportunidad de ser oyente en esta zona donde tanto está en juego. La escucha implica reconocer la irrupción de la Amazonía como un nuevo sujeto. Este nuevo sujeto, que no ha sido considerado suficientemente en el contexto nacional o mundial ni en la vida de la Iglesia, ahora es un interlocutor privilegiado”.
El Sínodo Amazónico, que tendrá lugar del 6 al 27 de octubre, de este año, está fuertemente marcado por las reflexiones y llamados urgentes a defender y promover una ecología integral, que defienda la vida de los pobres y de la madre naturaleza. En esa línea, el instrumento de trabajo, señala con mucha claridad:
“Conforme las consultas realizadas, los clamores amazónicos reflejan tres grandes causas de dolor: (a) la falta de reconocimiento, demarcación y titulación de los territorios de los indígenas que son parte integral de sus vidas; (b) la invasión de los grandes proyectos llamados de “desarrollo”, pero que en realidad destruyen territorios y pueblos (Ej.: hidroeléctricas, minería – legal e ilegal -, asociada a los garimpeiros ilegales [mineros informales que extraen el oro], hidrovías -que amenazan los principales afluentes del Río Amazonas-, actividades hidrocarburíferas, actividades pecuarias, deforestación, monocultivo, agroindustria y grilagem [apropiación de tierras valiéndose de documentación falsa] de tierra). Muchos de estos proyectos destructivos en nombre del progreso son apoyados por los gobiernos locales, nacionales y extranjeros; y (c) la contaminación de sus ríos, de su aire, de sus suelos, de sus bosques y el deterioro de su calidad de vida, culturas y espiritualidades. Por ello “hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres” (LS 49). Esto es lo que el papa Francisco llama ecología integral.
Frente a esta dolorosa realidad, el desafío que se presenta es grande, afirma el documento y lanza algunas sugerencias: “La cultura de la Amazonía, que integra los seres humanos con la naturaleza, se constituye en un referente para construir un nuevo paradigma de la ecología integral. La Iglesia debería asumir en su misión el cuidado de la Casa Común:
- Proponiendo líneas de acción institucionales que promuevan el respeto del ambiente.
- Proyectando programas de formación formales e informales sobre el cuidado de la Casa Común para sus agentes pastorales y sus fieles, abiertos a toda la comunidad en “un esfuerzo de concientización de la población” (LS 214) en base a los cap. V y VI de la Encíclica Laudato sì.
- Denunciando la violación de los derechos humanos y la destrucción extractivista.
Evidentemente, que una de las grandes preguntas que deberá intentar responder el Sínodo de obispos de la región Amazónica será: ¿Qué tipo de iglesia necesitan hoy los pueblos de la Amazonía? Estas son algunas de las pistas sugeridas en el Instrumentum Laboris:
a) Nuevos ministerios para responder de modo más eficaz a las necesidades de los pueblos amazónicos:
- Promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres como respuesta a las necesidades de atención pastoral-sacramental; su contribución decisiva está en el impulso a una auténtica evangelización desde la perspectiva indígena, según sus usos y costumbres. Se trata de indígenas que prediquen a indígenas desde un profundo conocimiento de su cultura y de su lengua, capaces de comunicar el mensaje del evangelio con la fuerza y eficacia de quien tiene su bagaje cultural. Hay que partir de una “Iglesia que visita” a una “Iglesia que permanece”, acompaña y está presente a través de ministros que surgen de sus mismos habitantes.
- Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana.
- Identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica.
b) Rol de los laicos:
- Las comunidades indígenas son participativas con un alto sentido de corresponsabilidad. Por ello se pide valorar el protagonismo de los cristianos laicos y laicas y reconocerles su espacio para que sean sujetos de la Iglesia en salida.
- Ofrecer caminos de formación integral para asumir su rol de animadores de comunidades con credibilidad y corresponsabilidad.
- Crear itinerarios formativos a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia con enfoque amazónico para laicos y laicas que trabajan en territorios amazónicos, en especial en ámbitos de ciudadanía y política.
- Abrir nuevos cauces de procesos sinodales, con la participación de todos los fieles, de cara a la organización de la comunidad cristiana para la trasmisión de la fe.
c) Rol de la mujer:
- En el campo eclesial la presencia femenina en las comunidades no es siempre valorada. Se reclama el reconocimiento de las mujeres desde sus carismas y talentos. Ellas piden recuperar el espacio dado por Jesús a las mujeres, “en donde todos-todas cabemos”.
- También se propone que las mujeres tengan garantizado su liderazgo, así como espacios cada vez más amplios y relevantes en el área formativa: teología, catequesis, liturgia y escuelas de fe y política.
- También se pide que se escuche la voz de las mujeres, que sean consultadas y participen en las tomas de decisiones, y puedan así contribuir con su sensibilidad a la sinodalidad eclesial.
- Que la Iglesia acoja cada vez más el estilo femenino de actuar y de comprender los acontecimientos.
d) Rol de la vida consagrada:
- “Los pueblos latinoamericanos y caribeños esperan mucho de la vida consagrada [… que muestra] el rostro materno de la Iglesia. Su anhelo de escucha, acogida y servicio, y su testimonio de valores alternativos del Reino, muestran que una nueva sociedad latinoamericana y caribeña, fundada en Cristo, es posible” (DAp. 224). Por ello se propone promover una vida consagrada alternativa y profética, inter congregacional, inter-institucional, con un sentido de disposición para estar donde nadie quiere estar y con quien nadie quiere estar.
- Apoyar la inserción y la itinerancia de los consagrados y consagradas junto a los más empobrecidos y excluidos, y la incidencia política para transformar la realidad.
- Proponer a los religiosos y religiosas que vienen de fuera tener una disponibilidad para compartir la vida local con corazón, cabeza y manos para desaprender modelos, recetas, esquemas y estructuras prefijados, para aprender lenguas, culturas, tradiciones de sabidurías, cosmologías y mitologías autóctonas.
- Dadas las urgencias pastorales, y frente a la tentación del activismo inmediatista, se recomienda dar tiempo al aprendizaje de la lengua y de la cultura para generar vínculos y desarrollar una pastoral integral.
- Se recomienda que la formación a la vida religiosa incluya procesos formativos enfocados desde la interculturalidad, inculturación y diálogo entre espiritualidades y cosmovisiones amazónicas.
- Se sugiere dar prioridad a las necesidades de los pueblos locales sobre las de las congregaciones religiosas.
e) Rol de los jóvenes:
- Urge un diálogo con los jóvenes para escuchar sus necesidades.
- Es necesario acompañar procesos de transmisión y recepción de la herencia cultural y lingüística en las familias para superar las dificultades en la comunicación intergeneracional.
- Los jóvenes se encuentran entre dos mundos, entre la mentalidad indígena y la atracción de la mentalidad moderna, sobre todo cuando emigran a las ciudades. Se necesita, por un lado, programas para fortalecer su identidad cultural frente a la pérdida de sus valores, idiomas y relación con la naturaleza; por otro lado, programas para ayudarlos a entrar en diálogo con la cultura urbana moderna.
- Urge hacer frente al problema de la migración de jóvenes hacia las ciudades. [63]
- Se necesita un mayor énfasis en la defensa y la recuperación de los que son víctimas de las redes de narcotráfico y trata de personas, así como de la adicción a las drogas y el alcohol.
f) Diócesis de fronteras:
- La frontera es una categoría fundamental de la vida de los pueblos amazónicos. Es el lugar por excelencia de la agudización de los conflictos y violencias, donde no se respeta la ley y la corrupción mina el control del Estado, dejando campo libre a muchas empresas para una explotación indiscriminada. Por todo ello es necesario un trabajo que ayude a ver la Amazonía como una casa de todos, que merece el cuidado de todos. Se propone una acción pastoral conjunta entre las Iglesias fronterizas para afrontar los problemas comunes como la explotación del territorio, la delincuencia, el narcotráfico, el tráfico de personas, la prostitución, etc.
- Es conveniente incentivar y fortalecer el trabajo en redes de pastoral de fronteras como camino de acción pastoral social y ecológica más eficaz continuando el servicio de la REPAM.
- Dadas las características propias del territorio amazónico, se sugiere considerar la necesidad de una estructura episcopal Amazónica que lleve a cabo la aplicación del Sínodo.
- Se pide la creación de un fondo económico de apoyo a la evangelización, promoción humana y ecología integral sobre todo para la implementación de las propuestas del Sínodo.