El nodo argentino de la «Red Iglesias y Minería» denuncia ante la opinión pública que la ley de zonificación aprobada en la provincia de Chubut, «no respeta lo procedimientos administrativos necesarios y vulnera los Derechos consagrados a nivel internacional que el propio Estado argentino ha suscrito y es responsable en tanto promueve una actividad resistida por las comunidades y no obliga a los Estados provinciales a ajustarse a derecho».
Según manifiesta el comunicado público, en dicha región no existe minería sustentable posible, «que el modus operandi de las empresas se repite en cada territorio en que desembarcan, que los Estados nacionales, provinciales y municipales son proclives a sacrificar a sus propios habitantes a cambio del ingreso de divisas y que la única manera que tienen los gobiernos de imponer esta actividad es a través de la represión como ha ocurrido en las horas precedentes en mencionada provincia».
La Red Iglesias y Minería, exige a los Estados el cese de la represión y la criminalización de los defensores de los bienes comunes.
Instamos al cumplimiento de la Constitución Nacional y los acuerdos internacionales.
Acompañamos solidariamente a ciudadanos que han entendido cabalmente que no existe planeta B y actúan en consecuencia. Así mismo, nos sentimos hermanados a tantas y tantos agentes pastorales, referentes religiosos y laicos que defienden la vida en todas sus dimensiones.
Compartimos el comunicado publicado este 16 de diciembre, cuando miles de pobladores de Chubut denuncian la represión por parte de las autoridades y fuerzas policiales:
Argentina, 16 de diciembre de 2021
Nosotros, mujeres y hombres, laicos y religiosos de diversas expresiones de fe, todos integrantes del Nodo Argentina de la Red de Iglesias y Minería, quienes desde hace años venimos alertando desde el espacio de reflexión que nos congrega, la Red Continental de Iglesias y Minería, sobre los impactos irreversibles que genera esta actividad desarrollada a gran escala, queremos alzar nuestra voz ante un nuevo avasallamiento contra la Madre Tierra.
Una vez más, nos toca asistir con profundo dolor al abordaje anticonstitucional y represivo por parte de los Estados que se empeñan en no escuchar los clamores de los pueblos. En este sentido, durante la jornada del miércoles 15 de Diciembre, la legislatura de la provincia Chubut aprobó un proyecto de Ley que se ajusta a las exigencias del sector minero transnacional, esto es: la zonificación de la provincia de Chubut que permite el avance minero extractivo en determinados sectores de ese territorio, en otras palabras, establece zonas de sacrificio y a su vez categorías de ciudadanos, por un lado los que habitan las zonas turísticas de esa provincia quedan bajo el paraguas de la protección ambiental y las comunidades de la meseta muchas pertenecientes a los pueblos ancestrales mapuche-tehuelche, serán objeto de despojo y vulneración de derechos ambientales y humanos una vez más.
Por lo expuesto, que ya fuera advertido públicamente por este espacio es que denunciamos:
La ley de zonificación aprobada en esa provincia no respeta lo procedimientos administrativos necesarios y vulnera los Derechos consagrados a nivel internacional que el propio Estado argentino ha suscrito y es responsable en tanto promueve una actividad resistida por las comunidades y no obliga a los Estados provinciales a ajustarse a derecho.
El Estado argentino a través del ministro de Ambiente de la Nación, celebró la entrada en vigor del acuerdo Escazú con las siguientes palabras: “El momento de actuar es ahora, no tenemos planeta B. En ese sentido la juventud, el papa Francisco, las organizaciones de la sociedad civil, cada una de las provincias del país, somos actores indispensables para poder, de manera democrática, articulada y consensuada estar a la altura de los desafíos de nuestro tiempo”. Es nuestro deber como ciudadanos de fe, señalar que se está produciendo una flagrante violación de todo lo suscrito y ocurre, no casualmente, siempre en perjuicio de los pueblos.
También señalamos la relevancia que toma el convenio 169 de la OIT que establece la consulta libre previa e informada a los pueblos preexistentes, situación que se torna imposible de llevar a cabo, con la presencia de las empresas transnacionales en muchas ocasiones reemplazando el rol del Estado y generando así un compromiso de aceptación de sus reglas de juego que se emparenta con lo que podría constituirse como “compra de voluntades” por lo expuesto, ninguna consulta realizada en este contexto sería ni libre ni previa ni informada.
También nos vemos en el compromiso de denunciar la falta de agua potable que vienen padeciendo las comunidades de la meseta central de Chubut. La aldea de Yala Laubat sufre la escasez de agua desde hace años y ha denunciado oportunamente el abandono del Estado chubutense que pareciera querer contar con “zonas liberadas” de pobladores rurales.
Hemos constatado desde nuestro espacio que no existe minería sustentable posible, que el modus operandi de las empresas se repite en cada territorio en que desembarcan, que los Estados nacionales, provinciales y municipales son proclives a sacrificar a sus propios habitantes a cambio del ingreso de divisas y que la única manera que tienen los gobiernos de imponer esta actividad es a través de la represión como ha ocurrido en las horas precedentes en mencionada provincia.
Exigimos a los Estados el cese de la represión y la criminalización de los defensores de los bienes comunes.
Instamos al cumplimiento de la Constitución Nacional y los acuerdos internacionales.
Acompañamos solidariamente a ciudadanos que han entendido cabalmente que no existe planeta B y actúan en consecuencia. Así mismo, nos sentimos hermanados a tantas y tantos agentes pastorales, referentes religiosos y laicos que defienden la vida en todas sus dimensiones.
Toda minería, es minería de agua porque usa el recurso que es vital para toda la humanidad y los ecosistemas.
Por eso, cuando decimos que el “Agua vale más que el oro”, decimos que NO a la minería que mata, contamina, afecta la diversidad, vulnera derechos
No es NO, en Chubut, en Argentina y todo el Abya Yala
Nodo Argentina de la Red Continental de Iglesias y minería.
Tengo 85 años. Hace 50 que vivo y sufro la Patagonia despojada,olvidada, regalada a costa de la avaricia de poderosos…Pero le agradezco a Dios y a la Iglesias que levantan la voz. Rezo por uds.,testigos del Evangelio.