La Red Latinoamericana Iglesias y Minería se suma al llamado que hace la Red Nacional de Pastoral Ecológica en Ecuador, junto a los obispos comprometidos con la defensa de la Casa Común, para que el Gobierno Nacional, dirigido por el presidente Daniel Noboa garantice la paz y seguridad de las comunidades y parroquias que están siendo afectadas por la invasión armada de personas ajenas al territorio, desde el día de ayer, 11 de marzo. El pueblo ya se ha pronunciado mayoritariamente en que NO quieren que la minería dañe su vida, no quieren empresas canadienses engañosas que, con el permiso y ayuda del Estado quieren ocupar territorios campesinos e indígenas, con vocación de siembra, quienes alimentan al Ecuador. No existe minería responsable. Ecuador libre de minería!

 

“Siempre las comunidades de Palo Quemado y las Pampas han sido comunidades de paz y nunca se han dado actos de violencia y ahorita se dan estos actos por la presencia de la empresa minera, ellos están dañando el tejido social”

Habitante de Palo Quemado

 

Frente a los últimos acontecimientos ocurridos en las parroquias de Palo Quemado y Las Pampas en el cantón Sigchos, Provincia de Cotopaxi. La Red Nacional de Pastoral Ecológica expresa su profunda preocupación por el cuidado de la casa común -exuberancia  y belleza creada por Dios- y la defensa de los derechos humanos de los pueblos que la habitan.

Ante el ingreso de personas armadas a los territorios y la amedrentación a las comunidades  a causa de la minería, nos preguntamos ¿qué interesa más? ¿defender la minería? o ¿defender nuestras tierras, los ríos, la vida y la libertad de nuestros pueblos de la contaminación y la muerte por las consecuencias que provoca el extractivismo?

Comunidades como Palo Quemado y Las Pampas lo que quieren “más que minería, es paz y tranquilidad para vivir en armonía con sus vecinos y el medio ambiente”. Son comunidades asentadas en tierras muy productivas y generosas. No permitamos que estos pueblos cada día sean más esclavos de las migajas que las compañías dejan caer de su mesa, o de los que se hacen ricos con el oro ajeno extraído de nuestros ríos y tierras, que dejan ganancias para unos pocos a cambio de contentar a los pobres para dar de comer hoy pero traer hambre y muerte para mañana. La paciencia y la resistencia de nuestros pueblos se debilita ante la inoperancia de los que deben administrar la justicia, se debilita  ante el engaño  de falsas promesas, de las bonitas palabras de los poderosos  que embaucan y manipulan queriendo comprar las voluntades de los vulnerables, para saciar su codicia a cambio de extraer la riqueza de los pobres. ¡La minería desde ningún punto de vista es sustentable!

Hacemos un llamado al Gobierno Nacional para que cuide la vida de la gente y dé las garantías necesarias para que el proceso de consulta previa en estas parroquias sea transparente, amplio y verdaderamente participativo. Pedimos que el Estado respete las resoluciones ya tomadas por el pueblo y evite que la violencia escale y exista confrontación entre las comunidades.

Exigimos  que la voz de los pobres sea escuchada y siga resonando en los oídos y en las conciencias de los que deben tomar decisiones para  una mayor justicia. No dejemos de levantar nuestro brazo con mano abierta de solidaridad con los pobres y excluidos. 

Pensemos en las familias de Palo Quemado, Las Pampas y de los territorios donde la minería solo deja contaminación, confrontación y pobreza. No vendamos nuestra libertad y dignidad  por un plato de lentejas como Esau a Jacob “la primogenitura”. No dejemos que despojen de la tierra que debe ser herencia de nuestros hijos e hijas. Todos y todas tenemos el derecho de ser escuchados y defender lo que forma parte de nuestra vida y que Dios nos regaló, que Él nos dé la sabiduría y fortaleza para defenderla y vivirla. TODOS SOMOS LA VIDA!

¡UNIDOS POR LA DEFENSA, EL CUIDADO DE NUESTRA CASA COMÚN Y DE LOS PUEBLOS QUE LA HABITAN!