Con más de 1000 participantes, el XI Foro Social Pan Amazónico concluye con un contundente mensaje para el mundo. Varios actores de la Red Iglesias y Minería han participado en las discusiones previas y durante el FOSPA para incidir en las reflexiones sobre minería en la Amazonía, extractivismo en los territorios indígenas, las contradicciones en los postulados sobre la transición energética. Las posibilidades para exigir con más fuerza una Amazonía sin minería, deben hacerse eco y sumar  voluntades, para respaldar la causa de los pueblos.

EL FOSPA se convierte cada vez una más en una oportunidad de articulación y encuentro, una plataforma para hacer incidencia global sobre la defensa de la Amazonía. En los distintos espacios de diálogo y reflexión, de propuesta, se logra consolidar una acción colectiva, que suma desde los territorios a sus protagonistas.

El documento final, que se ha denominado «Mandato del XI FOSPA» enfrenta directamente el modelo capitalista extractivista que amplifica cada vez con más violencia el despojo de este territorio que pasa a ser centro de los intereses mundiales.

«Las guerras, el hambre y los desastres climáticos son procesos que se retroalimentan, reproduciendo y ampliando la crisis sistémica del capitalismo. En una carrera desenfrenada hacia el abismo, la crisis global está generando un conjunto de falsas soluciones, conocidas como proyectos verdes, que alimentan una nueva ola de explotación depredadora de la naturaleza y el despojo de los pueblos»

Además hace un llamado específico en la ratificación del Acuerdo de Escazú, que es la gran deuda de la mayoría de países panamazónicos, que se reúsan a comprometerse de manera sistemática con la justicia climática. «En la escena política, los efectos más nefastos son el recrudecimiento de la extrema derecha, del fascismo, el patriarcado, el racismo y los fundamentalismos. Incluso en los regímenes democráticos de la región están en marcha tendencias regresivas, con ataques a los Derechos Humanos, persecución, criminalización y asesinato de sus defensores y defensoras. Por lo cual, exigimos ratificar e implementar el Acuerdo de Escazú.»

Cabe enfatizar en que la agenda del FOSPA dio especial énfasis a las luchas y resistencias de las mujeres amazónicas en sus territorios, contra el modelo económico de violencia contra la tierra, el agua, la espiritualidad, los sueños de las mujeres, pero también a la violencia que se ejerce sobre los cuerpos y las identidades femeninas, que es un gran dolor.

El Mandato del XI FOSPA, exige que los pueblos sean consultados sobre sus destinos y que no se planifiquen más acciones, ninguna más, nunca más, fuera de su participación. «Proclamamos nuestro rechazo a este estado de cosas y nuestra disposición de luchar por un mundo donde los territorios de los pueblos se autogobiernan, regidos por la democracia comunitaria. Un mundo donde la Amazonía y toda la naturaleza sean reconocidas como sujetos de derechos»

La construcción participativa de la Iglesia, en este proceso socio político y ambiental ha sido muy significativa, con organizaciones como el  REPAM, CELAM, Vicariatos apostólicos de la Amazonía, con presencia en los diálogos preparatorios, durante el evento, y en los pasos futuros, donde existen compromisos asumidos.

Desde la Red Iglesias y Minería, se organizaron espacios de intercambio antes y durante el evento presencial del FOSPA, focalizados principalmente en desenmascarar la narrativa de los minerales críticos y la transición energética, en la que participaron comunidades afectadas por la extracción de litio de países de Argentina, Perú, Bolivia y Brasil.  Estaremos socializando los próximos días, los acuerdos del eje de Extractivismos y Minería, en la que participan activamente el equipo operativo, Nodos Locales y la Campaña de Desinversión. Este tema se profundizó en un encuentro previo en los salares de Oruro, con comunidades que enfrentan este nuevo despojo.

LEA EL MANDATO COMPLETO