La III Caravana por la Ecología Integral que va recorriendo Europa debatiendo sobre el paradigma de la transición energética y lo que ello implica en América Latina. Encuentros diversos, diálogos con actores políticos y eclesiales han marcado los últimos días de la agenda. En Bruselas, gracias a la articulación de COMECE (Conferencia de Obispos de la Unión Europea) políticos y comisiones técnicas del Parlamento Europeo, se dieron cita para escuchar lo que la realidad desde América Latina tenía que decir a quienes toman decisiones que impactan directamente en la vida de los pueblos y los territorios.

La Caravana por la Ecología Integral, constituye una muestra de las relaciones que se tejen entre el Norte y el Sur Global, donde están ubicadas las miradas y las tensiones que existen, fundamentalmente anidadas en el modelo económico y del sistema político, social y ambiental.   En este sentido, el recorrido experimenta esa tensiones, esas posturas que se afirman y donde justamente radica uno de los grandes asuntos de la crisis climática que implica una incapacidad de escuchar a las comunidades y pueblos que habitan los territorios que son mirados como fuentes de recursos y materias primas.

« Europa continúa convencida que el extractivismo es el camino para una transición energética para el desarrollo» comparte Christian Crevels, del Consejo Indigenista Misionero de Brasil, participante de la III Caravana y que ha acompañado de cerca el proceso de reconocimiento  y demarcación de las tierras indígenas amenazadas por proyectos extractivos.  En las intervenciones y diálogos con perspectiva política de enfoques de colaboración y tratos internacionales o bilaterales se percibe que en Europa, el plan está vigente y el camino hacia esas metas en marcha, y en las reflexiones fundamentales sobre la crisis climática y como actuar frente a ella, no han cuestionado sus propios modelos de consumismo, sus planes de desarrollo y el modelo capitalista.

Un modelo político y económico que parece no estar dispuesto a hacer una verdadera transición

«Parece lo contrario a las propuestas que traemos. Los pueblos indígenas tienen soluciones efectivas para enfrentar la crisis global. En Europa se habla de una transición responsable o justa, pero no existe en el horizonte de la Unión Europea  perspectivas que incluyan respeto a la autodeterminación de los pueblos.» 

«Europa está muy concentrada en sus leyes y pequeños mecanismos, que no son suficientes para resolver los problemas de las comunidades. Se habla de consulta, de Debida Diligencia, pero no se habla de las comunidades y  respetar que los territorios quieren continuar con sus estilos de vida y quieren que ello sea respetado.» En la perspectiva de Crevels , el discurso colonial de que las comunidades son pobres, y que se necesita  llevar el desarrollo se mantiene.

Luego de estos espacios de debate sobre cuestiones globales que tienen que ver directamente con el relacionamiento Norte y Sur, los participantes de la Caravana por la Ecología Integral, perciben que  no se coloca en cuestionamiento la responsabilidad en la crisis que tiene Europa.  «Aquí creen que el consumo consiente y un mayor cuidado con la productividad puede ser una solución efectiva y ponen el carbono como centro del problema, considerando que cambiando las actuales estructuras de energías podemos cambiar a una sociedad sustentable.» 

Las comunidades demandan respeto a su forma de vida

El aporte fundamental que traen las comunidades afectadas por el extractivismo minero, es que en los modelos de vida propios, que parten de otras categorías muy diversas a las europeas u occidentales, están respuestas para la crisis que enfrenta el mundo, que no es solo ecológica. La propuesta de transición energética, tal como se comprende ahora en Europa, no hace una propuesta real que transita hacia otro modelo de relacionamiento con la naturaleza y con los otros. Las comunidades locales están hablando de sus propios modelos de vida, que han estado en relación horizontal con su entorno, que garantizan el alimento, la equidad, el sostenimiento del futuro y que es el único que ha perdurado por siglos. El paradigma de transición energética sigue partiendo de un modelo de imposición sobre el desarrollo que además deja fuera del acceso mínimo a derechos básicos a las poblaciones locales. «La consulta previa y la debida diligencia se vuelven solo espectáculos, y un soporte a la conciencia que se están haciendo más verdes y sustentables, el discurso  que fue sustentado por el capital ahora es el  rótulo verde para empresas y proyectos».

Los proyectos legales, tratados y acuerdos bilaterales existentes hasta el momento en la Unión Europea buscan garantizar los materiales que Europa está priorizando, la misma directiva de Debida Diligencia recientemente aprobada, ha sido criticada por organizaciones de la sociedad civil, por haberse suavizado a favor de las empresas.  Los mecanismos de control y de responsabilidad de empresas en los territorios donde actúan son insuficientes y el control de los países europeos, según sus legislaciones son débiles y desactualizados. La obtención de minerales críticos para la transición energética es la agenda prioritaria en esta materia para la Unión Europea, y ello desde la experiencia, ya habla de un fracaso, violencia y muerte para las comunidades afectadas. 

Para Christian Crevels que está participando de los diversos diálogos y debates desde la  III Carvana por la Ecología Integral, esta manera de concebir la transición no es apropiado para le planeta ni para los pueblos. «Los pueblos indígenas y comunidades locales son quienes pagan el precio y contradictoriamente,  son los pueblos soluciones e inspiraciones para le problema actual del mundo»