Organizaciones de la sociedad civil con enfoque socio ambiental, donde también participa el Nodo Chile de la Red Iglesias y Minería, se han reunido el pasado 9 de noviembre en  la región de Bio Bio para articular la defensa del territorio frente a una agenda que intenta imponerse, donde se prioriza la actividad industrial frente a los derechos y el medio ambiente.

Este colectivo  denuncia que el plan de Fortalecimiento Industrial en el Biobío y las políticas extractivistas del gobierno de Gabriel Boric en plena crisis climática son una amenaza para los territorios y la biodiversidad.

El Bio Bio es una región donde muchas mega proyectos extractivistas han intentado concretarse. Proyectos forestales e inmobiliarios han afectado a las comunidades y los ecosistemas. Según el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, OCMAL, para el 2022 se consideraban  hasta 2000 concesiones mineras de exploración. En esta región se pretende extraer «tierras raras» en la comunidad de Penco, donde se organizó una consulta comunal en 2022 y 99% de los votantes se pronunciaron en contra de la iniciativa. Aún así, este 2024 la empresa minera  Aclara sigue insistiendo y ha presentado por 6ta vez,  con modificaciones, un proyecto minero para extraer estos minerales a cielo abierto.

«Diversas organizaciones socioambientales, estudiantes, personas de sindicatos y ciudadanos comunes del Biobío nos reunimos el pasado 9 del presente para analizar el Plan de Fortalecimiento Industrial, que surge tras el cierre de Huachipato y promete una «reconversión» laboral en la región. Los organizadores denunciamos que esta estrategia del ministro Grau impulsa un modelo extractivista que compromete la salud de los ecosistemas, perpetúa la explotación de recursos naturales y pone en riesgo la vida de sus comunidades» expresa su comunicado.

Las consecuencias identificadas reflejan una región atrapada en un modelo extractivista que socava tanto los recursos naturales como las estructuras sociales. La falta de integración de la participación ciudadana, la protección ambiental y el empleo digno en las políticas de desarrollo ha conducido a una serie de impactos interconectados que requieren una reflexión urgente y una acción concertada para revertir estos efectos y transitar hacia un modelo más justo y sostenible para la región.

Chile enfrenta una situación compleja respecto a su vulnerabilidad frente al Cambio Climático. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Chile cumple con 7 de las 9 condiciones de vulnerabilidad definidas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) posiciona a Chile como el décimo país más vulnerable a riesgos severos relacionados con el agua entre 142 países analizados.

Según los estudios mencionados, Chile está altamente vulnerable a desastres naturales y antrópicos relacionados con el cambio climático. El aumento de la temperatura y la recurrente sequía han provocado incendios de gran magnitud, como los ocurridos en 2017, que devastaron más de 500.000 hectáreas en el país…

¡NO MAS ZONAS DE SACRIFICIO!

Cabe destacar que este plan incluye una serie de proyectos energéticos, inmobiliarios y de transporte, considerados «prioritarios» para acelerar su implementación en los territorios del Biobío. Esto representa una amenaza urgente contra la naturaleza, la vida en los territorios y los limitados recursos de agua, bosques nativos y suelos cultivables que quedan en la región.

El Plan de Fortalecimiento Industrial de la Región del Biobío enfrenta una serie de problemas cuyos orígenes se encuentran en factores estructurales de carácter económico, político y social. En primer lugar, los intereses corporativos y los intereses del mundo empresarial desempeñan un papel clave. Estos intereses, frecuentemente concentrados en grandes grupos económicos, buscan maximizar sus ganancias sin tener en cuenta el bienestar de las comunidades locales ni el impacto ambiental.

Desde el Nodo Chile de la Red Iglesias y Minería se advierte sobre este plan, que con una mirada de desarrollo del capital sobre las personas y la naturaleza, intenta imponer una agenda, que sobre la que mucha de la población ya se ha pronunciado en contra, favoreciendo la defensa de la vida y los territorios.