Una de las grandes herencias del magisterio del Papa Francisco es sin duda su orientación sincera y sensible por la defensa de la vida de toda la creación. Francisco puso en el corazón de la Iglesia el cuidado y defensa de la Casa Común. Su provocación valiente y urgente a «todas las personas de buena voluntad» en el planeta para comprometerse con el cuidado de la tierra, interpeló a las iglesias locales desde dentro, pero también llegó a los espacios políticos, Cumbres, Encuentros, movimientos de los Estados para accionar frente a la crisis climática.
Laudato SI hace 10 años, cuando fue escrita, ya anunciaba situaciones extremas. En la actualidad, lamentamos decir que la crisis ha empeorado, que si hace 10 años el Papa Francisco recogía las grandes preocupaciones de científicos y de los pueblos originarios, hoy a una década de su lanzamiento, el escenario ha cambiado para mal.
Hace 10 años nos aproximábamos a un punto de no retorno. El 22 de julio de 2024, asistimos al día más caluroso sobre la faz de la tierra, a 10 años de la Laudato SI en medio de incendios, sequías, inundaciones estamos al borde del colapso.
Un mensaje aún por descubrir e insistir
El P. Dario Bossi, coordinador de la Red Iglesias y Minería y asesor de la CNBB nos comparte una lectura del contexto actual y el legado de la Laudato Si que este mes cumple 10 años de publicación.
«La Laudato SI nos sigue provocando, es una gran riqueza que todavía no descubrimos totalmente. Cambió el flujo de la historia, la posición de la Iglesia con respecto a la relación con la Casa Común, pero todavía hay mucho para descubrir, para inventar y para construir a partir de la provocación que el Papa Francisco nos ha dado hace diez años. Para tenerlos presente, esta fue la encíclica más leída por personas no católicas también, lo que refleja ese importante legado de Francisco, la gran capacidad del Papa para dialogar con el mundo.
La encíclica incluso está direccionada a todas las personas del planeta, no solo a los católicos, a los cristianos, y es muy importante hoy porque la Iglesia necesita hablar cada vez más con todos y todas porque los problemas que nos afligen son problemas colectivos, el problema del hambre, el problema de la paz, el problema del clima, dimensiones mundiales que necesitamos enfrentar colectivamente. Por eso Laudato Si es una encíclica histórica.»
El Papa Francisco, en la encíclica Laudato Si, logra además colocar una voz profética en el espectro político internacional. Lo que la Iglesia diga respecto a la crisis climática y a sus principales opresores, impacta.
La Amazonía una preocupación urgente que se colocó en el centro de las discusiones
El mismo Papa Francisco ha dicho que el Sínodo de la Amazonía es un hijo de la Laudato Si. «Luego de que se publicó Laudato Si en 2015, los obispos del Brasil le hicieron un apelo al Papa, enfocando uno de los contextos más dramáticos donde necesita concretar las indicaciones de Laudato Si, la Amazonía, sea por la situación en que ella está, y también por el valor que ella tiene para el mundo.
Los biomas del Congo y Amazonía que se citan en la Encíclica, necesitan ser tratados urgentemente, por ello, en 2017 el Papa Francisco convocó el sínodo. Además fue un proceso muy importante, 2 años de escucha que terminaron en octubre de 2019 en la asamblea final en Roma. Un fruto muy importante, además ha sido una experiencia de la Laudato Si en la iglesia, de ver cómo se traducen en orientaciones prácticas para la defensa del ambiente, de las culturas, el papel de la iglesia en un territorio y de la sociedad. En el documento Querida Amazonía resultante de este Sínodo, Francisco estructura el sueño cultural, el sueño ambiental, el sueño eclesial y el sueño social.
Entonces, podemos decir que el Sínodo Amazónica tradujo la Laudato Si para mostrar que sí es posible asumirla y lo que se ha hecho en la experiencia de Amazonía se necesita replicar en muchos territorios y biomas.
Pero siguiendo con la mirada del camino de estos 10 años, en la misma Amazonía, se dice, avanzamos mucho, pero todavía hay muchas cosas para hacer. Estamos muy distantes de lo que se ha puesto como gran meta.»
Laudato Si, un llamado a las y los jóvenes
Para el P. Dario Bossi, algunos avances también de estos años, fueron la sensibilización y la movilización de los jóvenes, las juventudes. Ellos se han organizado después en lo que se llamó el Movimiento Laudato Si, que también a nivel mundial ha hecho muchas iniciativas, cursos, capacitación de animadores, campañas, ha hecho incluso un film sobre la Laudato SI (La Carta).
Otros avances tienen que ver con las iniciativas locales de las iglesias. El tema del compromiso por la casa común se ha vuelto una prioridad en muchas iglesias y tenemos acciones prácticas en respuesta a contextos y realidades territoriales, urbanas, rurales.
De 2015 a 2025 ¿Qué pasó con el planeta?
Lo que se ha hecho ha sido muy importante, pero el desafío es inmenso. Es preocupante que si vemos la situación del planeta de 2015 hasta hoy, en lugar de mejorar, ha empeorado mucho. El Papa escribió la encíclica Laudato Si pocos meses antes de la cumbre de París, la COP21.
Este año celebramos la COP30 y los territorios siguen siendo profundamente amenazados, la violencia contra los defensores del planeta, la violencia extractivista, los intereses de empresas y Estados, siguen siendo razones de profunda preocupación, como un callejón sin salida, frente al colapso mundial.
Antes de enfermar, el Papa había mencionado la posibilidad de participar en la penúltima COP,
En 2015, la Laudato Si, llegó en el marco de «las grandes decisiones mundiales de los gobiernos y los actores que repercuten directamente en las causas estructurales del problema climático, para que se comprometan más en defensa del clima. Pues parece que en lugar de escucharlo, y escuchar a los pueblos, los gobiernos de las grandes empresas que están mandando sobre los gobiernos, han hecho muchos pasos para atrás porque las decisiones de París hasta hoy, de nuevo, en lugar de mejorar, han empeorado la situación» afirma Dario Bossi.
«El Papa ha insistido en este desafío, en esta urgencia de acción, escribiendo luego de 8 años, nuevamente sobre el tema con Laudate Deum. Entonces tenemos dos grandes documentos y ahora tenemos el Papa León con esta misión grande de no abandonar este flujo de conversión ecológica.»
En este momento el rol de la Iglesia es muy importante también en la diplomacia internacional. En el caso de la paz, ya el Papa León se pronunció sobre la violencia en Gaza, lo absurdo que está aconteciendo con el pueblo palestino. También es motivo de esperanza que el Papa León ha enviado un video mensaje estos días también para la conferencia de Universidades Católicas en Río de Janeiro y también teniendo en cuenta la COP 30 que se va a realizar en Brasil en el mes de noviembre.
«Eso nos ayuda a continuar a trabajar y a organizarse para llevar adelante todas las propuestas que Laudato Si tiene para el mundo. Sí, nos alegra mucho que en estos primeros momentos el Papa León está demostrando una buena continuidad en la línea del Papa Francisco con respecto a los temas sociales y ambientales.»
La esperanza viene de los territorios organizados
La red Iglesias y Minería en la vocería de Dario Bossi, recalca el desafío de la Laudato SI, en la lucha por la vida. «El esquema es exactamente un nivel de base, de territorios, y un nivel político, de decisiones, de articulación política, de decisiones globales. Lo más importante, en nuestra comprensión, y también el Papa Francisco lo dice, son los territorios. Esto es bonito porque, de cierta manera, esto nos vuelve a hacer protagonistas.
Es decir, la historia no está en las manos solo de los grandes poderosos que se encuentran una vez por año simulando acuerdos que después no acontecen. La historia está sobre todo en las manos de los pequeños que defienden sus territorios, defienden el bosque, luchan contra los incendios, aplican proyectos de vida en sus regiones, proyectos de agricultura familiar, de producción agroecológica, de comercios locales respetuosos, proyectos también en las ciudades, donde se pueden dar relaciones sustentables de respeto, también relaciones de cuidado del espacio urbano. Es decir, los grandes protagonistas de la historia seguimos siendo nosotros, de los pies en el barro, de los pies en la calle.»
«Este es un nivel, pero, esto no funciona si no hubiera un nivel más alto de política. Grandes decisiones tomadas arriba pueden comprometer por muchos años la vida, la existencia de los que están abajo. Entonces, nosotros de abajo tenemos que siempre tensionar y hacer acontecer decisiones políticas fuertes.
Este es el protagonismo histórico de los pueblos, la defensa de los territorios, las iglesias tenemos la importante tarea de apoyar la organización comunitaria, la defensa. Por ejemplo, hemos visto cuántos líderes de nuestras comunidades están siendo amenazados, muertos o criminalizados, procesados, mientras la prensa los denuncia, los calumnia. EL papel de la Iglesia es poniéndose al lado de los pequeños que son victimizados, todo ello relacionado con la crisis climática.
Esto es lo que el Papa Francisco llama multilateralismo a partir de abajo. El Papa dice, estamos en un mundo tan complejo, tan grande con sus problemas, que nadie solito es capaz de resolver. Ni un país, ni los Estados Unidos, la China, ni los países más poderosos, logran solitos responder al gran problema del clima, o de la paz, o del árbol. Es necesario un multilateralismo, una alianza. Sólo que el Papa dice, la primera alianza necesaria es la que parte desde abajo, de esta red de pueblos, de territorios», concluye el p. Bossi.
(Entrevista completa en Sin Fronteras – Diálogos de Esperanza)
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