La III Caravana por la Ecología Integral está llevando las voces de las comunidades afectadas por la minería por espacios políticos, con organizaciones de fe, con organizaciones de la sociedad civil en Europa.
En su paso por Francia, la agenda incluyó encuentros con la Conferencia Episcopal, con organizaciones de inspiración católica como CCFD, Cáritas Francia. Además con la plataforma de Acción por el Clima, se mantuvo diálogos para escuchar la realidad de los territorios afectados por la minería y para pensar estrategias de solidaridad para emprender la resistencia.
Joan Jara coordinadora del Nodo Chile de la Red Iglesias y Minería comparte que la parada por Francia, le ha dejado llena de esperanza. «Hago la reflexión de que aquí en Europa hay también muchos «sures». Hay muchos jóvenes, de muchos lugares, resistiendo a las amenazas de extractivismo minero, mucha gente que también la está pasando mal. Y sobre estas realidades se está resistiendo. Somos redes de resistencias que necesitan conectarse».
De los espacios de diálogo con activistas y personas que están dentro de los procesos de acción frente a la realidad de la crisis climática, Joan Jara, misionera claretiana, quien acompaña al pueblo mapuche y dirige una escuela rural en Chile, reflexiona: en experiencias de resistencia entre Europa y América Latina, pienso que la gran diferencia son las políticas de regular a las empresas que intervienen en los territorios, que estando afuera de sus límites nacionales y del Norte Global, hacen lo que quieren».
La III Caravana por la Ecología Integral plantea estos tejidos de comunión entre grupos articulados en diferentes lugares del planeta, pero luchando por una causa común. «Estos diálogos de juventudes pueden generar redes solidarias a nivel global, que desde acá (Europa) se pueda denunciar la explotación y defender los derechos de comunidades afectadas, pueden hacer incidencia de presionar a los gobiernos y empresas. Esto es una gran alianza mientras en el Sur seguimos en resistencia».
La defensora también menciona que «es necesario dar más voz y más espacio de participación a las juventudes, eso implica compartir distintas miradas, modos de resistir, formas de comunicar, y de sentir».