El Papa Francisco, en su mensaje de cuaresma, pone en el centro a cada persona que vive el calvario buscando la libertad y “su tierra prometida”. Terminando la Cuaresma desde la Red Iglesias y Minería nos preparamos para vivir el camino de la Pascua de Jesús.

 “La tierra prometida” parece una fantasía cuando la han convertido en una zona de sacrificio. Tierra de la que deben salir por la contaminación a la que están expuestos, porque sus campos no pueden alimentarlos, por los tóxicos en la tierra, por el agua que enferma.

 En este camino, junto a Jesús, por la justicia y la dignidad de la gente, traemos al altar de la vida, la historia de tantas víctimas que acompañamos en nuestra tarea pastoral.

La resurrección de Jesús se hace carne en la vida cotidiana de quienes sufren a causa de este sistema económico de despojo, que busca tomar la vida de muchos, para dar comodidad a unos pocos. Zonas de sacrificio, personas sacrificables, territorios sacrificados, pero donde la esperanza de la libertad se regenera como las semillas.

Desde la Red Iglesias  y Minería compartimos este insumo de reflexión y oración, para acompañar el camino de la Pascua de Jesús junto a quienes son martirizados por este modelo extractivista de despojo.

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