La historia de FIERRO URCO: ESTRELLA HÍDRICA DEL SUR

Fierro Urco no se toca! Es el grito que hace eco entre las montañas que acunan las fuentes de agua. Este lugar sagrado para los pueblos andinos, ubicado al sur ecuatoriano, es el inicio de la vida para miles de familias, el lugar donde nacen 4 ríos, San Luis, Guayabal, Santiago y Tent, que, a su vez, alimentan cuencas de otros ríos, además de ser hábitat de especies únicas de aves y gran cantidad de reptiles. Desde hace un tiempo, este lugar está viviendo una constante presión: en sus entrañas se ha encontrado oro, plata y cobre.

Este 22 de marzo, Día Mundial del Agua, conmemoramos la lucha por la defensa del Agua que hacen miles de familias, comunidades y también a la vida religiosa que hace suya la causa de la defensa de los bienes de la creación para procurar justicia y vida digna.

El agua: una causa de todas y todos los creyentes

Enry Armijos, párroco en Malacatos, en la Diócesis de Loja, siente que la lucha del pueblo de Fierro Urco, es una lucha de todo creyente. Nos cuenta que Fierro Urco es denominada como la Estrella Hídrica del Sur y abastece de agua algunas ciudades de la región y además es una fuente para la agricultura familiar y campesina, de la que viven las familias que ocupan este territorio. “Aquí la gente propone otra forma de vivir, sin estar esclavizados a este sistema, comenta el sacerdote.

Cuando entras a la vida religiosa te comprometes a algo: buscamos hacer de esta tierra algo digno, por eso tenemos una gran responsabilidad, para mí, esto un imperativo al que ningún sacerdote le puede ser indiferente.” Para el padre Enry, la imposición que quiere hacer el estado ecuatoriano, sobre Fierro Urco, entregándole en concesión minera a la empresa Guayacán Gold, atenta contra esa búsqueda del bien común que exige la encíclica Laudato Si.   “No podemos no escuchar a un mensaje profético, con bases científicas y experiencias de hecho de todo el mundo, que nos hace el Papa Francisco en la Laudato Si. En un SOS mundial.” Por esto, es que él, se suma a la resistencia de las comunidades por este páramo.

 

Que se respete lo que el pueblo quiere

Con un sigilo, sin que la comunidad lo sepa, los territorios ya están concesionados”. Por eso el padre Enry hace énfasis en la urgencia de que las autoridades y el pueblo se reúnan y que dialoguen, para que respeten lo que el pueblo quiere.  “Aunque en Ecuador tenemos leyes en favor de la naturaleza, vemos que esas leyes, cuando se trata del poder ejecutivo, de áreas estratégicas que tienen que ver con ingresos de capital significativos para el país, bueno, entre comillas para todo el país, porque ya sabemos que los que se benefician son las empresas y unos pocos que hacen negociados por encima del pueblo.

El agua delas vertientes de la cordillera de Fierro Urco tiene un profundo sentido espiritual para los pueblos que aquí viven y se relacionan con este espacio. No solo por la agricultura familiar y campesina, que es efectivamente una alternativa a ese desarrollo voraz y capitalista, sino también, porque esta agua, permite que se tejan relaciones distintas entre familias, entre seres humanos y con la naturaleza, donde además el rédito no es personal, es colectivo. Por hacer prevalecer la vida, ya se han registrado casos de criminalización, enfrentamientos con violencia. Pero existen pequeñas victorias en el camino de la defensa, una de ellas es que la Asamblea Nacional ha exhortado al presidente del Ecuador, que se declare a esta cordillera como Área de protección Hídrica.

Defender esta agua es defender una diferente forma de vivir

 Llamo a esforzarnos por conocer ese Cristo encarnado en la casa común, con esta fuerte carga afectiva y emocional, de llamarla CASA. La casa, calor de hogar, cercanía, es nuestra casa.  Los intereses sobre los territorios ricos en minerales son demasiados. No está siendo fácil el camino y “el interés de las empresas es sacarles a como dé lugar, así corra sangre, a ellos nos les importa”, en opinión del padre Enry Armijos. “Nos queda como recurso la resistencia, a la que debemos apelar todos nosotros para defender un bien que es de todos. A esa resistencia que inspira la gente sencilla que tiene una vida que no se basa en el capital, ni en el tener, donde no hacen falta más explicaciones que su propia vida diaria, donde te demuestran esas nuevas relaciones que se tejen y donde está en juego el bien más preciado: la vida.