En el FOSPA 2022, los pueblos provocaron a las Iglesias: ‘¿es esto lo que realmente quieren? El discurso es bonito, pero la práctica tiene que cambiar. Tenemos que hacer algo que sea más coherente con el discurso que estamos pronunciando»

«¿Qué caminos proponemos emprender con los pueblos de los bosques y las aguas en defensa de sus derechos y por la vida de la Amazonia?». La pregunta motivadora llevó a líderes religiosos y representantes de organizaciones confesionales a promover un encuentro interreligioso el pasado domingo (06) durante los Diálogos Amazónicos. El evento, que tuvo lugar en Belém (Pará, Brasil) entre el 4 y el 6 de agosto, precede a la Cumbre de Presidentes de la Amazonia, que comienza este martes (08). El encuentro tuvo como objetivo revisar los caminos recorridos por las Iglesias en cuestiones socioambientales y proponer un proceso entre la Cumbre de la Amazonia y la Conferencia de las Partes (COP) sobre el Cambio Climático que será en Belém en 2025.

 

«Es urgente compartir reflexiones sobre el papel de las religiones en el diálogo y la convocatoria en un momento en que la gobernanza climática mundial es crítica», dijo Dario Bossi, miembro del equipo de coordinación de la red Iglesias y Minería. «Es de suma importancia crear procesos y construir caminos conjuntos para que podamos llegar a la COP30 en unidad y logremos potenciar las voces de los pueblos en este espacio que a veces es cooptado por las empresas». El misionero comboniano destacó la importancia de una conversación permanente entre las realidades de las Iglesias en las regiones amazónicas con las organizaciones fuera de ella: «como movimiento pedagógico, de diálogo desde la educación popular, necesitamos establecer este puente entre las actividades que construimos y acompañamos en la región y las que se piensan a nivel global. La Conferencia de las Partes (COP30) sobre Cambio Climático de 2025 se realizará en la Amazonía, pero le habla al mundo. ¿Cómo nos involucramos?», dijo el religioso.

 

El diálogo coordinado por la Red Iglesias y Minería (RIM) reunió a representantes de la Coordinación de Servicios Ecuménicos (CESE), Red Eclesial Panamazónica (REPAM), Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (CONIC), Iniciativa Interreligiosa por los Bosques Tropicales en Brasil (IRI-Brasil), Frente de Evangélicos por el Estado de Derecho (FEED) y representantes de la Iglesia Anglicana. La articulación de entidades seguirá encontrándose en diálogos con organizaciones indígenas, afro y de comunidades tradicionales en la construcción de una agenda en defensa de la naturaleza y de los pueblos que la sustentan.

 

Tapiri: experiencia de diálogo interreligioso y ecuménico

 

La Secretaria General de CONIC, Pastora Romi Bencke, recordó la experiencia profética de Tapiri, un espacio ecuménico e interreligioso que reunió voces de líderes indígenas, quilombolas y de otras espiritualidades para discutir perspectivas de protección de los bosques durante el Foro Social Panamazónico (FOSPA) en 2022. «Lo que vivimos con Tapiri nos trajo la urgencia de preguntarnos qué es lo que nosotros, como religiones cristianas, como preocupadas por el mundo, necesitamos aprender de las espiritualidades de la selva. Las espiritualidades de los pueblos y el acompañamiento de las Iglesias Cristianas son caminos para garantizar la existencia de la Amazonía», señaló la reverenda.

 

La reflexión de la pastora fue seguida por Dimas Galvão, parte del equipo de proyectos y formación del CESE, que recordó las preocupaciones planteadas por los pueblos indígenas en Tapiri. «Durante el FOSPA, los pueblos provocaron a las Iglesias: ‘¿es esto lo que realmente quieren? El discurso es bonito, pero la práctica tiene que cambiar. Tenemos que hacer algo que sea más coherente con el discurso que estamos pronunciando», recordó Galvão. Como propuesta, el grupo reflexionó que se promuevan nuevos «Tapiris» en territorios de la Pan-Amazonia y dialogar sobre la presencia en el próximo FOSPA que tendrá como sede Bolivia. Tapiri es una palabra indígena que significa «choza donde se refugian los/las caminantes». El nombre fue elegido para el FOSPA 2022 como símbolo de fortalecimiento de las luchas para promover y garantizar los derechos de los pueblos de la Amazonía y la lucha contra el fundamentalismo religioso y político.

 

Para el pastor Wilson, del Frente de Evangélicos por el Estado de Derecho, acoger la COP30 en Belém, en la Amazonia brasileña, significa una llamada final a la urgencia de preservar la región. «Brasil con la Amazonia es la última frontera para la explotación capitalista. La COP en la Amazonia representa esta última oportunidad para el futuro. Al mismo tiempo, la Amazonia es todo lo que el capitalismo necesita para continuar: agua, mineral, madera y a través de la religión del mercado», enfatizó. «Por eso la COP30 llega a la Amazonia y ve la región como una última frontera tanto para el capitalismo como para las alternativas a la crisis mundial y socioambiental». El pastor y profesor de la Universidad Federal de Pará (UFPA) considera que la oportunidad que la COP30 traerá a Belém es decisiva para detener el avance de un proyecto explotador que amenaza la vida en el planeta.

 

El grupo reunido, en unidad, destacó que la espiritualidad de los pueblos y el acompañamiento de las Iglesias cristianas son caminos para garantizar la vida de la Amazonia. Al mismo tiempo, señaló que las religiones han desempeñado históricamente un papel decisivo en la colonización a través de la cruz que se unió a la espada. En este sentido, destacó la urgencia de «promover una apertura y una conversión hacia atrás por parte de las Iglesias», para que las religiones aprendan de los pueblos de la selva y posibiliten la comprensión de lo sagrado en el agua, de lo sagrado presente en la naturaleza, como forma de promover las enseñanzas presentes en la Encíclica «Laudato Si», del Papa Francisco, o la «Confesión de Accra», que apuntan temas sobre la urgencia de las cuestiones climáticas y la justicia socioambiental.