El hecho de habernos reunido, en Johannesburgo, tantos países y tantas personas en torno a un tema común (minería y extractivismo), muestra cuanto la minería es una amenaza no solo para la humanidad sino también para toda la naturaleza, frente a la cual es urgente trabajar unidos”, dijo el padre Dário Bossi, miembro de la red Iglesias y Minería, una de las entidades convocantes del reciente Foro Social Temático sobre Minería y Extractivismo.

El Foro, demostró que la minería puede ser enfrentada y cambiada, disminuyendo su escala, transformando o cambiando las inversiones públicas en otras direcciones que sean respetuosas del ambiente, contra el cambio climático, explico el religioso brasileño. “Creemos que una buena política y una buena economía si pueden transformar el mundo impidiendo una minería tan agresiva”, dijo el padre Bossi.

Por su parte, Moema Miranda, coordinadora de la red Iglesias y Minería y del Foro Social Temático, acentuó que “un gran logro del Foro ha sido esta posibilidad de reconocimiento mutuo, porque en cada sitio donde avanza la minería, también está presente la resistencia. Y, de la misma manera que el capital global, que las empresas están globalmente conectadas, el gran logro de este foro, -es decir nosotros, nosotras, las comunidades, los niños tenemos que unirnos y tenemos cómo hacerlo-. Tenemos el “derecho de decir NO a la minería”, que significa también decir a la vida, decir al equilibrio, decir a la justicia climática.”

Durante el Foro Social Temático sobre Minería y Extractivismo, que se realizó en Johannesburgo, Sud-África, del 12 al 15 de noviembre, se destacó la participación de organizaciones de fe y espiritualidad. Para el padre Bossi, “esto muestra que, de hecho, la minería es un desafío frente al que las iglesias se están movilizando, en la línea de la Encíclica del Papa Francisco, Laudato Si”.

Entre las organizaciones de fe participantes podemos mencionar a la Red Justicia en Minería -una entidad mundial de incidencia de la Compañía de Jesús, que trabaja a favor de los afectados por proyectos mineros-; el movimiento Franciscan International, promovido por los religiosos franciscanos; varios representantes de las Conferencias Episcopales de África del Sur, Uganda y Mozambique; los religiosos claretianos de América del Sur; los Combonianos; el Movimiento Católico por el Cambio climático; El Dicasterio para el Desarrollo Integral del Vaticano, la Red Iglesias y Minería; agencias católicas de la cooperación internacional y otras entidades de inspiración cristiana, musulmana y religiones africanas.

Esta participación ha logrado “posicionar a las organizaciones principalmente en defensa de las comunidades y los territorios, bajo una propuesta común, que se traduce en la campaña común por “el derecho a decir No”, que nos reafirma en el derecho de las comunidades a definir su futuro y sus propias raíces en los territorios”, comento Bossi.

Con relación a los próximos desafíos, Moema Miranda se muestra optimista: “este Foro fue construido gracias a todo un proceso participativo, un proceso democrático, un proceso donde las divergencias no nos aíslan, no nos distancian… Tenemos que seguir fortaleciendo ese proceso, consolidando las coordinaciones y acciones globales, construyendo alternativas a la minería y el extractivismo… Como el padre Dário ha mencionado, si hay caminos. Muchas veces son caminos que ya estaban ahí, en las comunidades, antes de la llegada de la minería. Pero, a pesar que muchas veces no sea tan simple encontrar salidas; lo bueno de este foro es que hemos dicho que queremos caminar adelante, que estamos juntos, estamos unidos, que no estamos aislados».