Me decían en Colombia, en España y en otros países que no se ha hablado mucho del Sínodo de la Amazonía. Es que, muchas de las cosas importantes ocurren en los márgenes de la historia y en los márgenes también de los empobrecidos. En este caso, en la Amazonía, que es símbolo, que es central para la vida de la humanidad porque del bioma amazónico depende lo que pase con el calentamiento global, pues ocurre en pueblos pobres y en un territorio martirizado, entonces, creemos que hay un elemento importante, resaltar que el Sínodo está colocando al centro la marginalidad, lo que no contaba, ahora cuenta.

Entonces una primera reflexión, es entender que hay mucha gente para quien no es importante, pero que las cosas importantes en cristiano, empieza pequeño y va creciendo.

Lo segundo, es que el documento será muy importante, pero lo fundamental ha sido el proceso abierto por el sínodo de la Amazonía, una manera de ser Iglesia que escucha largamente, que escucha la voz de la creación, la voz de la tierra, la voz de los pobres. Que reflexiona a la luz de la fe y que se deja interpelar en muchos aspectos y a partir de ahí propone una profunda conversión, que debe ser un estado permanente de Iglesia.

El documento será muy importante porque creemos, que, de alguna manera, va a ratificar una llamada del papa Francisco a encarnar en la historia, el mensaje de Jesús de Nazaret, en la historia de los pueblos empobrecidos y en la historia de la creación. Y creo que esa línea se mantendrá. Pero, también creo que el documento seguirá apuntalando una lógica antropocentrista y nos ayudará pasando a una lógica biocéntrista, donde el centro es la vida y donde, la reflexión más importante es la acción, no tanto las ideas, aunque tengamos que darle soporte a los que pensamos y creemos.

Por otro lado, creo que el documento, continuará en esa lógica de superación de la cristiandad, aunque haya un lenguaje, aunque haya pasado mucho tiempo, hay una lógica de cristiandad que el documento pre sinodal llamaba neocolonial, en el cual miramos desde el centro y nosotros somos la referencia fundamental y por eso veo muy valioso lo que pase con el Sínodo.

Ahora, hay elementos que no sabemos cómo se puedan orientar. Por ejemplo, una tarea pendiente es todo lo referido a las mujeres. En el documento del Sínodo hay una serie de aspectos muy importantes a desarrollar y esperamos que se siga profundizando. Pero, creo por encima de todo, hay que continuar trabajando en lo que el Sínodo nos ha puesto.

Una profunda conversión ecológica y entendernos parte de la creación, parte de la biodiversidad y, por lo tanto, una actitud humilde, una conversión pastoral, animada por el criterio fundamental del corazón del evangelio que nos lleva a revisar las estructuras de la Iglesia. Una conversión a la sinodalidad, porque es que el camino no lo determina alguien, sino que caminamos juntos y entonces en ese caminar juntos vamos descubriendo, el querer de Dios para nosotros en la historia.

Y, por otra parte, la novedad del sínodo, el llamado a la conversión cultural, que nos devuelve a los orígenes del evangelio y nos da nuevas luces para el momento. Esperamos con mucha ilusión, también, con mucho realismo, el sínodo de la Amazonía y nos llamamos mutuamente a impulsar el proceso sinodal.

Padre Alberto Franco – Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (Colombia), Red Iglesias y Minería