«En un principio era el palpitar de la vida y la vida era Dios. Y la vida se hizo corazón en el alma del cosmos. Todo era bueno en el universo y en la libertad. Todo era uno y diverso. Interconectadamente. Todo en el todo. Un solo corazón. Y el pulsar se hizo historia en el reino andante. En la carne del mundo, imagen de Dios…”.

De esta manera inicia esta serie audiovisual con el primer capítulo Caminos de la eco-espiritualidad. Una producción audiovisual palpitante que hace latir más fuerte nuestro corazón y por ratos parece que se detiene, tocados por magníficas fotografías, efectos y música muy bien seleccionada. Durante trece minutos, somos devueltos a la tierra. Reconectados al principio de la vida sintiendo el “pulsar de Dios” y en él los latidos del planeta.

De súbito, el paraíso entra en ruinas y el universo se desconecta y somos transportados nuevamente a la realidad, convertidos en objetos. Los seres humanos y los seres de la naturaleza, hemos sido desterrados del paraíso roto y en pedazos. Nuestra casa común en ruinas.

¿Por qué llegamos a donde llegamos? José Fernando Díaz, SVD Coordinador JUPIC de Chile, ensaya una respuesta desde la experiencia espiritual de los pueblos indígenas de Chile, entender “la creación como palabra divina y no como insumo productivo”. Hemos llegado a formar una civilización a partir de la conquista y de la violencia colonial. Una civilización que, cada vez más, trata todo como si fuera un objeto. Releer los evangelios a la luz de la espiritualidad indígena, nos permite mirar cuan alienado está el cristianismo de América Latina del cuidado de la Creación, explica Fernando, dejándonos la reflexión de la necesidad de “cambiar de actitud” y la necesidad de una “verdadera conversión, desde una espiritualidad que es capaz de comprender la Creación como palabra de vida y no como un insumo productivo”.

Ahora el vídeo nos ha sumergido en el caos de la modernidad y el consumismo en el que vivimos. En medio de imágenes que dan cuenta de este mundo, Alberto Franco, CSsR de la Comunidad ecoespiritual de Colombia, explica que “un pequeño grupo de poder económico dirige al mundo de acuerdo con sus intereses, y sin importarle la vida humana y la vida del planeta. A través de los medios de comunicación nos han convencido que sus intereses son los intereses de la humanidad. Y que la visión de progreso que ellos tienen nos conviene a todas y todos. Nos han convencido que nuestra felicidad es el consumismo. Hemos caído en la trampa que nos tendieron”. Frente a esta realidad el papa Francisco nos propone una sobriedad alegre. Una espiritualidad de interacción con toda la Creación y los demás sin dominio, sin imposiciones. Una sobriedad consciente y profunda es liberadora, acentúa Alberto.

Las aguas del río, nos ha devuelto a la tierra, al principio de la vida. Con los pies dentro del agua, nos sentimos parte de la tierra. Eco-espiritualidad, sentirse parte del todo. Todo y todos interconectados.  Moema Miranda, OFS, de la Red Iglesias y Minería, insiste en el llamado del papa Francisco en su encíclica Laudato Si, el llamado a que nos volvamos a conectar, que revivamos la idea de que somos parte de una casa más grande que nosotros y que es común a toda la vida. La eco-espiritualidad nos ayuda a pensar, ¿será que nuestro paradigma, nuestra idea de casa común de casa, es una casa grande, una casa llena de divisiones, de zonas de sacrificio? Es lo que vemos   cuando miramos el mundo devastado en el que vivimos hoy. Por eso cada vez más la eco-espiritualidad nos llama a la reconexión, la idea de que existe más allá de una ecología, un discurso, una comprensión de la articulación del mundo como ecosistema, además de una economía que debería adecuarse a una casa, también una espiritualidad que conecta, une que vincula en el Espíritu de Dios Creador Padre y Madre que nos une, que nos hermana, que nos construye como seres humanos, como hermanos y hermanas de todo lo creado en un planeta que es el único que conocemos que tiene vida en una galaxia, en un cosmos, lleno de otras galaxias. Podemos pedir disculpas por lo que hemos hecho de devastación y reanudar la reconexión, aprendiendo tal vez de los pueblos que siempre supieron, que nunca se engañaron a sí mismos que el progreso y el desarrollo eran mejores que el agua limpia y la tierra para plantar y cosechar. Y no es una respuesta romántica en estos tiempos tan violentos y tan brutales, esto es quizás, esto sea tal vez la única propuesta de vida y vida en abundancia que cada uno de nosotros sea Uno con la Casa, que cada uno de nosotros sea una casa de amorosidad y de construcción de comunidad.

“Somos tierra. Venimos de la tierra y a la tierra volveremos. La tierra es Gaia. La tierra es Madre”

O PULSAR DA VIDA es una serie de vídeos de la Red Iglesias y Minería en alianza con Verbo Films.

Caminos de la eco-espiritualidad, es el primer capítulo de la serie. Duración 13 minutos. En español, portugués e inglés.

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COMENTARIOS RECIBIDOS:

  • El vídeo es hermoso, profundo, impactante. Excelente forma de tratar la eco-espiritualidad y Laudato Si.  Con el protagonismo de las espiritualidades de los pueblos y comunidades y protagonistas de la defensa de creación en la que los pueblos y la naturaleza son el centro.

  • Las fotos bellísimas. La música perfecta y los contrates y las conexiones muy bien logradas.

  • Está belíssimo e suuuper profundo! O trabalho do Cirineu foi impressionante…

  • Es un video muy intenso, profundo y que invita a la reflexión. Los textos y las entrevistas son muy buenos. También me gustó la lentitud del video, una llamada a escuchar, a reflexionar entre nosotros y con toda la Creación. La actriz también juega muy bien. La propuesta de reflexión ecoespiritual es muy abierta, no solo está ligada a la visión católica, aunque trae el misterio de la encarnación, de manera poética.

  • Está muy bello. Las fotos de una calidad hermosa. El sonido es perfecto. Una adaptación muy buena de esa interconexión que habla la Laudato Si. El programa me parece muy muy bueno. Los testimonios muy buenos. Me gusta mucho el programa, sobre la ecoespiritualidad, de los que no se habla tanto y que la Laudato es la perfecta ocasión para hablar de ello.