El extractivismo destruye la tradición comunitaria de pueblos y comunidades indígenas de América Latina y del Caribe, afirma el religioso redentorista Jesús Alberto Franco. «El extractivismo es una lógica, una manera de ver la vida, el mundo y sus relaciones, y que se expresa en el agronegocio, la megaminería, el trabajo intensivo, la exigencia intensiva en todas las dimensiones de la vida… El extractivismo busca sacar la máxima ganancia para el mercado global y la ganancia de las élites del poder económico político, en el menor tiempo posible… sin cuestionar los medios utilizados y sin asumir responsabilidad por los daños a los seres humanos, la naturaleza y la sociedad».

Esta manera exacerbada de relación con la madre naturaleza, está destruyendo muchas cosas positivas que tienen nuestras comunidades, como por ejemplo la la tradición comunitaria de los pueblos y comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinos mestizos y urbanos que es fraterna, solidaria, comunitaria, familiar y con una relación de respeto y reconocimiento con la “hermana madre tierra”… De hecho, afirma el sacerdote colombiano,  «los pueblos indígenas viven y enseñan otra relación con la madre tierra: profunda, respetuosa, espiritual… y han sido cuidadores de bosques, del agua, del aire».

Para el padre Alberto, el magisterio del Papa Francisco, en Laudato Si, Fratelli Tutti, y en sus discursos a los Movimientos Sociales ofrece criterios para actuar cristiano en esta realidad. Por un lado el llamado a la solidaridad: «En las comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes y urbanas lo comunitario y solidario han sido constitutivas de su vida. El Papa dice que la Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre… Pero que consiste en pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes… es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero” (FT 116).

Otro aspecto clave para la conducta cristiana es trabajar en la rehabilitación de la política: La política es la búsqueda del bien común, en bien de la humanidad y del planeta, por esta razón es tan importante la llamada del de Papa Francisco a su rehabilitación, en el capítulo V Fratelli Tutti, que habla de la caridad social y política, del amor político, del amor efectivo y del amor que integra y reúne. En el número 186 nos habla de la actividad del amor político, que es un amor “imperado” (que está mandado) y son “actos de la caridad que impulsan a crear instituciones más sanas, regulaciones más justas, estructuras más solidarias”. Por eso afirma que es «un acto de caridad igualmente indispensable el esfuerzo dirigido a organizar y estructurar la sociedad de modo que el prójimo no tenga que padecer la miseria».

Estas reflexiones fueron presentadas en el encuentro virtual denominado: De Aparecida a Fratelli Tutti: La amistad social en América Latina y El Caribe. organizado por el Movimiento Laudato Si’ conjuntamente con el CELAM, CLAR, REPAM, Red Iglesias y Minería, SIGNIS y otras redes que participan de la Asamblea Eclesial Latinoamericana.

Compartimos a continuación el texto completo de su ponencia:

DE APARECIDA A FRATELLI TUTTI: LA AMISTAD SOCIAL EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Encuentro virtual organizado por el Movimiento Laudato Si y otras redes
23 de septiembre del 2021
  1. LA FRATERNIDAD EN LAS COMUNIDADES AFECTADAS POR EL EXTRACTIVISMO

Saludo de parte de la Red Iglesias y Minería y agradecimiento por la invitación este encuentro en el contexto de la Asamblea Eclesial Latinoamericana y del Caribe. Alegría por la participación de diversas redes comprometidas con el momento eclesial que está impulsado el Papa Francisco y que adelante apoyaremos el Sínodo “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, que está en continuidad al Sínodo de la Amazonía.

Una breve mirada a la realidad:

Como continente tenemos muchas cosas positivas: la tradición comunitaria de los pueblos y comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinos mestizos y urbanos que es fraterna, solidaria, comunitaria, familiar y con una relación de respeto y reconocimiento con la “hermana madre tierra” porque son conscientes que de ella proceden, de ella depende su vida, en ella viven todas sus relaciones y por eso tienen una visión trascendente de ella. De hecho, los pueblos indígenas viven y enseñan otra relación con la madre tierra: profunda, respetuosa, espiritual… y han sido cuidadores de bosques, del agua, del aire.

Hemos sido un continente inmensamente rico: la variedad de pueblos, culturas, mestizajes, expresiones artísticas, climas, paisajes, fauna, flora…; un subsuelo rico y abundante en minería, petróleo, aguas subterráneas…; un suelo poblado de biodiversidad, bosques, agua, agricultura, climas, fauna, flora, minerales…; y una atmósfera, unos cielos maravillosos para respirar aire reparador.

A esta realidad positiva la está rompiendo el extractivismo.

El extractivismo es una lógica, una manera de ver la vida, el mundo y sus relaciones, y que se expresa en el agronegocio, la megaminería, el trabajo intensivo, la exigencia intensiva en todas las dimensiones de la vida, “hasta en la forma de parir a mi hijo”, explicaba una madre. El extractivismo busca sacar la máxima ganancia para el mercado global y la ganancia de las élites del poder económico político, en el menor tiempo posible lo que se facilita con los avances técnico-científicos, con la menor inversión posible hay que minimizar todo tipo de gastos, sin cuestionar los medios utilizados y sin asumir responsabilidad por los daños a los seres humanos, la naturaleza y la sociedad. Cuando la extracción de recursos se profundiza violentamente contra la naturaleza y la sociedad se convierte en “extraheccion”: quitar con violencia o arrancar los recursos naturales[1]. Para la extrahección, que es el punto más “avanzado” del extractivismo, la corrupción es inherente y por esto ética y religiosamente inaceptable[2].

En cada país y región ustedes conocen muchos ejemplos concretos de las consecuencias del extractivismo, por eso resalto unas consecuencias generales: el calentamiento global, el envenenamiento y muerte de ríos, la contaminación de los mares y del aire, el debilitamiento de la capa de ozono, el deshielo de los casquetes polares, el aumento de huracanes… Entre las consecuencias para hombres y mujeres están: el empobrecimiento de las mayorías, el hambre, la sociedad del cansancio, el estrés, rupturas en diversos campos de la vida, abandono de ancianos, migraciones… No olvidemos la lógica que mueve el extractivismo: lo importante es la ganancia, el lucro o el poder rápido y sin contrales, por encima de la calidad y dignidad de la vida humana y del planeta.

El extractivismo minero tiene graves consecuencias para la sociedad y el planeta, porque es expresión de un modelo económico, social y político que ha marcado la vida del continente, desde de la conquista hasta hoy, perpetuando el saqueo iniciado por la fiebre del oro y de la plata, con sus profundos daños a la sociedad y la naturaleza y son la consecuencia de una mentalidad colonial que ha determinado la realidad que vivimos:  una sociedad que sacrifica la vida humana y del planeta en el altar de la acumulación, del merado y del dinero.

El extractivismo usa los discursos engañosos del “progreso” y del “desarrollo” para convencer a la sociedad de lo bueno de su propuesta, ecológicas y socialmente sustentables y sin consecuencias negativas. Estos discursos han convencido a cardenales, obispos, pastores/as, sacerdotes, religiosos/as, animadores de la fe, educadores/as, y población en general de lo bueno de sus proyectos, lo inofensivos y sin consecuencias negativas: “Nos convencieron de que lo mejor que nos podía pasar era la explotación de la mina, que nuestra vida sería una maravilla y mire la realidad. Incluso con bendición del padrecito”, me decía una campesina.

Entre las consecuencias sociales del extractivismo tenemos: las violencias (antes y durante del proyecto minero), la desintegración familiar y comunitaria, las enfermedades por contaminación del agua, el aire y el suelo, el desempleo (el extractivismo es uno de los sectores de la economía que menos empleo genera de acuerdo con el capital que mueve), el alcoholismo, la prostitución, la destrucción de la producción local, el desplazamiento, los habitantes, los conflictos comunitarios, la corrupción…

Entre las consecuencias ambientales están, ya habíamos hablado de ellas: la destrucción de los bosques, la contaminación del agua, de la tierra y del aire; la destrucción de fuentes de agua, de quebradas y de ríos; el deterioro de la biodiversidad y de la producción diversificada de alimentos…

Y las causas

La Iglesia Latinoamericana en Aparecida señaló, entre los causantes de la realidad que degrada la vida humana y el planeta en todo el continente, las siguientes:

  • “Las instituciones financieras y las empresas transnacionales que subordinan las economías locales, sobre todo, debilitando a los Estados…
  • Las industrias extractivas internacionales y la agroindustria que no respetan los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las poblaciones locales y no asumen sus responsabilidades.
  • La subordinación de la preservación de la naturaleza al desarrollo económico, con daños a la biodiversidad” (A 66).

Y resalta que a la base está “el actual modelo económico que privilegia el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del respeto racional de la naturaleza”, con su “una actitud depredatoria y egoísta”. Y hace un llamado especial: “alertar respecto a las industrias extractivas” (A 473).

Unos criterios para el actuar cristiano

El magisterio del Papa Francisco, en Laudato Si, Fratelli Tutti, los Discursos a los Movimientos Sociales ofrece criterios para actuar cristiano en esta realidad, de ellas destaco dos, que han estado presentes en las lauchas de las comunidades para defender la vida y el territorio:

  • La solidaridad. En las comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes y urbanas lo comunitario y solidario han sido constitutivas de su vida. El Papa dice que la Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra, no se puede decir… Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes… es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero” (FT 116).
  • La rehabilitación de la política. La política es la búsqueda del bien común, en bien de la humanidad y del planeta, por esta razón es tan importante la llamada del de Papa Francisco a su rehabilitación, en el capítulo V Fratelli Tutti, que habla de la caridad social y política, del amor político, del amor efectivo y del amor que integra y reúne. En el número 186 nos habla de la actividad del amor político, que es un amor “imperado” (que está mandado) y son “actos de la caridad que impulsan a crear instituciones más sanas, regulaciones más justas, estructuras más solidarias”. Por eso afirma que es «un acto de caridad igualmente indispensable el esfuerzo dirigido a organizar y estructurar la sociedad de modo que el prójimo no tenga que padecer la miseria». Y coloca ejemplos: “Si alguien ayuda a un anciano a cruzar un río, y eso es exquisita caridad, el político le construye un puente, y eso también es caridad. Si alguien ayuda a otro con comida, el político le crea una fuente de trabajo, y ejercita un modo altísimo de la caridad que ennoblece su acción política (FT 186). Para entender la política debemos distinguir entre política y politiquería o política partidista y electoral.

Unas pistas para actuar:

  1. Las claves de fe.
  • La amistad con Jesús. Aparecida (15,225 y 398) llama a los cristianos del continente a asumir en la vida la amistad con Jesús que abre a las grandes potencialidades humanas, que lleva a lo bello y a superar el miedo; que lleva a la amistad con los pobres, a la solidaridad que el camino a la unidad por su relación con la reconciliación, la cooperación y la integración. Y lo más importante: reconstruye la persona humana, sus vínculos y todas sus relaciones.
  • La relación entre la fe cristiana y la vida. La separación entre la fe y la vida ha permitido que la vida persona, social, económica y política de una persona o comunidad vaya por un camino contrario a lo que dice el mensaje central del cristianismo, que está centrado en el proyecto de reino de Dios que nos anunció: reino que es paz, justicia, amor, respeto y cuidado de todo lo creado por Dios (los seres humanos y el planeta).
  • El magisterio del Papa Francisco: hemos nombrado a Laudato Si, a Fratelli Tutti. T de manera especial: 1. Gaudete et exsultate, el llamado a la santidad en el mundo de hoy porque muestra la relación vital y sin dicotomías de la santidad con la vida cotidiana. 2. Los Mensajes del Papa a Movimientos Sociales; en Bolivia, en el 2015, urgió a reconocer que se necesita un cambio, porque este sistema no lo aguantan los seres humanos ni la hermana y madre tierra.
  1. Las claves sociales
  • Ver la realidad en profundidad, con la ayuda de comunidades, estudiosos y ciudadanía en general.
  • Unirnos a otras y otros que están defendiendo el territorio frente al extractivismo minero y todos los otros, con quienes defienden la casa común en todo el mundo.
  • Actuar desde lo concreto, lo local, lo pequeño, pero pensando en globalmente.
  1. Las claves económicas
  • Desenmascarar el sistema, nombrar la economía como la causa de profundas afectaciones a los seres humanos y a al plantea.
  • Desmitificar la economía como algo de especialistas y lejos del alcance del ciudadano común, es algo que toca la vida cotidiana de todo el mundo.
  • Sumarse a le economía que propone el Papa Francisco.
  1. En los practico
  • Hablar del extractivismo minero y de la necesidad del cuidado de la casa común en los grupos apostólicos, en las parroquias, en la casa, con los amigos, en pequeños grupos. Recuerden cuando hablamos de un tema con otras personas, con amigos surgen ideas de acciones pequeñas al alcance de todos, y que marcan la diferencia.
  • Enlazarnos, enredarnos con otros, compartir información verificada y que vaya en la dirección que queremos por redes y medios a nuestro alcance. Con una nota de urgencia por la vida de las personas y el planeta.

Algunas de las preguntas formuladas por participantes en el encuentro virtual: 

  • El extractivismo se encuentra presente en casi todos los países de la región. COMO IGLESIA CÓMO PODEMOS SER PROFETAS DE ESPERANZA PARA LAS COMUNIDADES?.
  1. Informarnos de la realidad del extractivismo y sus consecuencias. Es el primer paso para actuar como seres humanos responsables, como ciudadanos y habitantes de este planeta preocupado por la vida integral (humana y no humana) presente y futura. Llamar las cosas por su nombre (saqueo es saqueo, contaminación es contaminación, cambio climático es muerte…). No usar ni permitir que se use la religión cristiana para legitimar la lógica extractivista en todas sus expresiones.
  2. Estar atentos/as la teología que consumimos (en cantos, oraciones, lecturas, predicaciones discursos…) y que sin darnos cuenta nos lleva a legitimar y reproducir practicas cristianas que Jesús de Nazaret rechazaría, que serían “neofariseas” y por eso “anticristianas” contra de Cristo. Es muy doloroso que digamos una cosa y hagamos lo contrario, ordinariamente, con muy buenas intenciones y de buena fe. Y todo esto está llevando a la destrucción del planta con sus consecuencias para la vida.
  3. Sumarnos a la corriente global de defensa el planeta, desde nuestra realidad y desde lo concreto de nuestra vida: lo que pensamos, hablamos comemos, vestimos, usamos… pasando por la políticas públicas y sus decisiones locales, regionales, nacionales e internacionales, hasta repensar lo humano y eco social (temas como lo decolonial, lo patriarcal o el dinero por encima de la vida humana y del planeta deben ser parte de nuestras lecturas, reflexiones, oraciones, celebraciones, diálogos…) un elemento clave es la ecología política. Ya hablamos del sentido la política.
  4. Ponernos la camiseta de la renovación que vivimos como iglesia. Y según del Papa Francisco el renovador de iglesia es Jesús de Nazaret, el Cristo. La renovación en la iglesia siempre ha tenido dos momentos fundamentales: 1. Volver a las fuetes: el Evangelio, el Nuevo Testamento, el Antiguo Testamento, los padres de iglesia y la Tradición, que es necesario diferenciar de las tradiciones y, 2. Ver profundamente y contemplar la realidad presente, antes de hacer valoraciones morales, políticas o ideológicas, y luego confrontarla con la Sagradas Escrituras (Palabra de Dios), la ética y los valores centrales de la humanidad, de este proceso surgen los criterios y propuesta de acción para hoy. Pensemos en Papa Juan y el Concilio, en San Francisco, en Romero.
  • ¿Qué mensaje quisiera dar para que respondamos desde cada realidad A LA CONSTRUCCIÓN DE LA FRATERNIDAD Y LA AMISTAD SOCIAL? 

 Además de todo lo que hemos hablado, añadiría que:

  • Necesitamos una espiritualidad de los ojos abiertos, de la mirada profunda y de la relación sin prejuicios con el “otro”: el territorio y el ser humano más allá de sus creencias o no creencias, una espiritualidad senti-pensante y profética: que llame las injusticias, desigualdades y justificaciones por su nombre, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Creo que podemos contar con ustedes.
  • Sumémonos a las corrientes de ecoespiritualidad que conectan todas las realidades, como dice el Papa en Laudato Si. Les comparto del enlace de un video de la Red Iglesias y Minería que es un primer paso del proceso que estamos haciendo en la Comunidad Ecoespiritual de la Red.
  1. Alberto Franco Giraldo, CSsR, Red Iglesias y Minería.

[1] Eduardo Gudynas, ha venido trabajando los extractivismos en sus diversas dimensiones, una de ella la teológica y espiritual; para un acercamiento al concepto de extractivismo, ver:   http://ambiental.net/wp-content/uploads/2015/12/GudynasApropiacionExtractivismoExtraheccionesOdeD2013.pdf, consultado el 27 de abril del 2020.

[2] Cf. Gudynas, Eduardo, Extractivismo y corrupción. Anatomía de una íntima relación, Ed. Desde abajo, Bogotá, 2018.