Expreso todo el apoyo de la iglesia y bendigo a los hombres y mujeres que están defendiendo la vida frente a los desastres de la minería, expresó el obispo de Paracatu, Dom George Alves, al inaugurar el Encuentro Derechos Violados: Paracatu frente a la minería, este 11 de mayo, en el Estado de Minas Gerais, Brasil.

“Esos hombres y mujeres que están aquí, preocupados con las condiciones de vida de las personas, merecen el apoyo y la bendición de la Iglesia, especialmente porque, ya por dos veces, en Mariana y en Brumadinho sucedieron desastres ambientales que realmente, avergüenzan a todos quienes dirigen esas empresas mineras, que debería haber tomado providencias urgentes para resolver el problema”

Para el obispo de Paracatu, este encuentro es muy importante, para todo el Estado de Minas Gerais donde se desarrolla actividades mineras. Porque “se trata de defender la vida de la gente y de promover una vida en abundancia, como nos enseñó Jesús de Nazareth”.

Diversas organizaciones sociales y pobladores del municipio de Paracatu, se reunieron para discutir sobre sus derechos frente a la contaminación que sufren las comunidades y el agua de la región, donde se explota una de las minas de oro más grandes del mundo.

Las responsabilidades de la minera canadiense Kinross, de las autoridades, las tareas que corresponde al estado brasileño y a las comunidades afectadas por la minería, son analizadas, a partir de una rigurosa investigación realizada por las entidades Justiça Global de Brasil y Above Ground de Canadá.

El encuentro, denominado: “Derechos Violados: Paracatu frente a la minería en Minas Gerais”, se realizó, en el local de la Cámara Municipal de Paracatú.  Entre las entidades organizadoras de esta jornada de diálogo y debate, figuran CARITAS de Paracatú, Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), Red Iglesias y Minería, MAM, Justiça Global y Above Ground de Canadá.

Quienes viven en Paracatu, indican que dicho municipio, está prácticamente cercado, por gigantescos depósitos de residuos tóxicos, cubierto por el polvo de la minería a cielo abierto, y tiene sus tierras y agua altamente contaminados con arsénico, mercurio y otros minerales pesados.

“Pero, nosotros somos animados por la Esperanza, y a pesar de toda esa catástrofe ambiental que afecta no sólo a los seres humanos, sino también a toda la biodiversidad, nosotros queremos caminar, buscar salidas, buscar soluciones, dialogar con la sociedad y realmente crear un espacio donde la vida pueda crecer y manifestarse con seguridad”, Finalizó Dom George Alves y luego bendijo a los presentes.