La lideresa mapuche, Herminia Georgette Morales Rucal, misionera laica de la Pastoral Mapuche de Santiago de Chile, aseguró que en su país, se vive “una minería a tajo abierto y a gran escala que está por sobre la vida humana. Así también denunció la carestía y privatización de agua y la destrucción de sus territorios.
“Hoy día lo que vivimos y a escala muy potente en Chile, es una minería que está por sobre la vida humana en muchas de nuestras regiones. Tenemos muchas transnacionales, muchos sectores afectados sobre todo en nuestra Cordillera de los Andes: También en nuestros océanos. También en nuestros bosques. Sobre todo los nativos con las grandes empresas forestales, las pescas de arrastre que dañan nuestros ecosistemas marinos. Cuando hablamos de la minería en Chile, estamos hablando de minería a tajo abierto, minería a gran escala como el desastre del proyecto Minero Pascua Lama (clausurado recientemente, después de 18 años de resistencia y lucha), como la Minera Carmen de Andacollo”, dijo Herminia Georgette Morales Rucal, misionera laica de la Pastoral Mapuche, en entrevista concedida a la Red Iglesias y Minería, durante el encuentro del V Congreso Americano Misionero, que se realiza en estos días en Santa Cruz de la Sierra-Bolivia.
En torno a la privatización y derecho al agua, un tema central en la vida los pueblos originarios, la lideresa mapuche, comentó que la voz de la Iglesia, como la de Mons. Luis Infanti, obispo de Aysén, ha sido y sigue siendo clave en la defensa de este derecho humano.
Y es que desde hace unos años, Mons. Infanti alzó su voz en defensa del agua y de los derechos humanos de los sectores más vulnerables de la sociedad chilena, víctimas del actual modelo de desarrollo y de los graves impacto socioambientales y económicos, su radicalidad le permitió, en el 2011, suspender el megaproyecto hidroeléctrico en Aysén, junto a las voces de organizaciones y activistas ambientales.
“Mi principal motivación de lucha por el agua tiene que ver principalmente porque el agua es vida, entonces cuando hay comunidades que son privadas de este elemento tan esencial, se les vulnera su dignidad, su cultura, su vida, porque sin agua no hay vida y eso debería ser preocupación de todos los seres humanos, especialmente de la Iglesia”, dijo el obispo Infanti.
Cuando le preguntaron ¿Quiénes, a su juicio, son los principales responsables de la grave crisis hídrica que aqueja a muchas comunidades de Chile?, el obispo respondió: “La mayor responsabilidad surge de la Constitución Política del Estado actual que favorece la privatización y mercantilización del agua, hiriendo gravemente los derechos humanos de nuestro pueblo. Existen personas que se aprovechan de este marco constitucional y del Código de Agua, fraguado en 1981. Me refiero a las grandes empresas, mineras, hidroeléctricas y empresas forestales, que privan el agua de nuestro pueblo. Estos grandes empresarios son personas vinculadas a influyentes poderes políticos y económicos. Uno ve que las autoridades que tienen en sus manos el poder político y económico en vez de servir al bien común, crucifican y sacrifican a las poblaciones a la falta de agua, marginándolos de este bien tan esencial. En este contexto, también existe una gran responsabilidad por parte del Estado que favorece y facilita estas situaciones de una tortura diaria para los pueblos que sufren la falta de agua”.
Frente a esta situación de ofensa grave a los derechos humanos, asegura el obispo de Aysén, “lo que hay que hacer es presionar desde la población, ojalá de manera no violenta, para que primero cambien las leyes. El pueblo debe expresar su indignación, que se entrevea que no es normal que hayan ríos secos, que no es normal que se les suministre agua a través de camiones aljibes, que no es normal que sean privatizados y sometidos a un comercio del agua. Esto es indignante, es un país desigual”.
“Los Mapuches sufren desde hace siglos la usurpación de sus territorios, y actualmente la del derecho al agua. Este es uno de los temas más importantes y más dramáticos que se está viviendo en nuestro país. Las comunidades no cuentan con agua ni para beber ni para el cultivo de sus alimentos ni para sus animales”, denunció Carolina Lagos, del colectivo Vientosur de Chile, quien destacó el papel clave que los mapuches juegan en la protección del medio ambiente de Chile, durante un reciente encuentro organizado por la Global Forest Coalition que se llevó a cabo del 4 al 8 de julio en Montreal, en paralelo a las últimas negociaciones bajo el Convenio de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas
En medio de esta lucha que no es fácil, porque hay compra de conciencia desde las mineras, sin embargo tenemos esperanza y fe porque no estamos solos. Contamos con el acompañamiento de movimientos como la Coalición Ecuménica por la Creación, la Comisión de Justicia y Paz desde la vida religiosa, también con la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal, que son la voz de la Iglesia que están hablando. Tenemos pastores como monseñor Infanti, un obispo emérito de Copiapó don Gaspar Quintana, quien levanta su voz para defendernos de la minería a tajo abierto, del extractivismo, de la destrucción de nuestros territorios de nuestros lugares”, dice Herminia georgette Morales Rucal, misionera laica de la Pastoral Mapuche de Santigao de Chile
“Desde las comunidades, asegura Herminia, continuaremos trabajando. Las comunidades organizadas y los pueblos originarios seguiremos movilizándonos y defendiendo el agua y cada uno de nuestros territorios”.