«Creo que es el momento institucional de las iglesias para participar en el Tratado Vinculante. Es un proceso que está aconteciendo en la ONU y es histórico. Una demanda que ya lleva 40 años”, propone Lucia Ortiz, Coordinadora del programa Justicia Económica de Amigos de la Tierra Internacional de Brasil. Refiriéndose al apoyo de la Iglesia Católica dice “contamos con todas las declaraciones del papa Francisco por la madre Tierra, por la naturaleza, son importantes en contra de las transnacionales que han colocado los derechos humanos encima del capital”.

Para Lucia Ortiz, miembro de la Campaña para Desmantelar el Poder Corporativo de las Empresas, para lograr un tratado internacional legalmente vinculante que busca prevenir e indemnizar las violaciones de los derechos humanos cometidas por las empresas, es sumamente importante y transcendental que las iglesias de base también sean parte del proceso del Tratado Vinculante ya que “las iglesias eclesiales de base están presentes en diversas comunidades acompañando las luchas en territorio, en las florestas, con los ribereños y también en las ciudades. Y todas dan testimonio de sufrimientos de esas personas y de las violaciones de sus derechos, causados por el avance el capital, por el avance de los proyectos que directa o indirectamente beneficia a las grandes transnacionales”.

“Directamente están los proyectos de minería que contaminan el agua, expulsan a las comunidades, pulveriza de veneno los agro negocios. Grandes empresas que están concentrando poder económico y político”, con el apoyo de los Estados y gobiernos, actualmente con el apoyo del gobierno de Temer. “Entonces a partir de cada lucha de cada sufrimiento, de cada comunidad donde las iglesias están acompañando es posible participar en este debate”, dice Lucía Ortiz, durante un diálogo con Dário Bossi, miembro del directorio de la Red Iglesias y Minería, en el Encuentro Regional de la “Campaña Global para Desmantelar El Poder Corporativo y ponerle fin a la Impunidad”, que se llevó a cabo en São Paulo, Brasil los días 22 y 23 de agosto de 2017.

Santiago Machado, miembro de la ONG. “Bienaventurado los pobres”, una organización que tiene 34 años trabajando en el territorio de Catamarca y Santiago del Estero, socia de la Red Agroforestal del Chaco, afirma que también “es clave que las iglesias participen en estos espacios y apoye esta lucha, porque para muchas de las comunidades, la voz de las Iglesias es una voz importante. Algunos de arriba hacia abajo y otros de abajo hacia arriba.  Hay iglesias que son parte de los movimientos de esta lucha e iglesias que no, pero que su opinión y su visión de la realidad afecta e influye en los modos de las comunidades y en las organizaciones de lucha”, manifestó Santiago Machado.

Al referirse sobre el proceso de construcción del Tratado Vinculante, Machado aseguró que “es clave porque también es un espacio de encuentro enriquecido a partir de la lucha por frenar la presencia del poder corporativo, de los Estados y gobiernos, y de las comunidades afectadas en sus modos y su medio de vida, por estos poderes”.

En el año 2007, un informe titulado “Tema Ambiental de la Minería”, publicado por el Obispado de Catamarca, reconoce que la minería es una realidad concreta en la provincia desde mediados de los noventa.  Según el documento, “la problematización alrededor del tema podría resumirse en la afectación del desarrollo sustentable, el no reflejo en la sociedad de las regalías mineras, en la falta de concientización ambiental, la falta de estadísticas oficiales y de monitoreos preventivos de enfermedades y daños ambientales preocupante”.

De acuerdo al informe del Obispado “El Estado se encuentra ausente y los territorios están pasando directamente a manos de las empresas”. También alerta que “En los próximos 20 años cuando se vea nítidamente el impacto de esta forma de extracción minera ya será tristemente muy tarde para muchas regiones de nuestro país”.

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